Negocios del separatismo
En medio del oasis, ajeno él a cualquier putrefacción por el atolondramiento generalizado de la sociedad, este fin de semana se han escuchado proclamas de chulería financiera. Carme Forcadell ha presumido de que la Assemblea Nacional Catalana (ANC) es autosuficiente gracias a las donaciones de los catalanes de bien, que se rascan el bolsillo en pro del procés. Con más de dos millones dados a un proyecto con final dudoso, aunque de objetivo claro, queda probado que eso de la tacañería catalana es otra falsedad avivada desde Madrid.
Forcadell advirtió además de que si le ofrecieran subvenciones las rechazaría. El respetable enloqueció ante tal afirmación gratuita y los escribanos trasladaron la nota sin más. Nadie preguntó si la ANC cruza caudales por proyectos comunes. Un mero observador detecta enseguida la trampa: sólo los actos para socios están organizados en solitario por la ANC; el resto –la mayoría– cuenta con la participación de varias entidades regadas por la Generalitat.
Forcadell, que es una lideresa muy lista, no dijo si pretendía renunciar a los minutos gratuitos en las televisiones públicas; a la cobertura logística de ayuntamientos y consejos comarcales; o la predisposición de Interior a dar cobijo a su exhibicionismo viario. Si estas ayudas en especie se cuantificaran en una factura –como sí se hace con los excursionistas perdidos o por los servicios de los bomberos–, ¿no estaríamos ante una asistencia dineraria descarada y millonaria?
En todo caso, ha logrado cuadrar un círculo que ni las patronales, sindicatos o las mismísimas Cámaras de Comercio han metido en cintura. En la ANC viven de lo suyo: elevar fronteras. El segundo mayor capítulo de ingresos corresponde al merchandising. Esto es, la venta de camisetas, banderas, pegatinas y otros complementos indepes. Como Barça y Real Madrid ha jugado muy bien la fórmula del sentimiento. En 2013 ingresó 1,1 millones por este concepto y espera duplicar la cifra antes de diciembre.
El negocio es bastante lucrativo, aunque no se aclaren los gastos de la asociación. De modo que la máquina registradora continuará abriéndose para engullir euros que se invertirán en la ruptura de España. Pero está bien, Forcadell no lo esconde. Es la diferencia sustancial con otros líderes políticos catalanes, como los Pujol: se han hecho ricos y han jugado con los sentimientos y el territorio a espaldas de todos. Si la justicia prueba sus casos de corrupción, entonces sí estaremos ante unos traidores redomados de España y Catalunya.