Navarra
Los socios del Gobierno no solo buscan la separación, buscan la humillación. Y Sánchez, ante el nacionalismo, tiene vocación de alfombra
Arnaldo Otegi ha hablado claro. Sus declaraciones tenían por objetivo dejar claro lo que todo el mundo sabe, Pedro Sánchez también, aunque quiera hacernos creer lo contrario. La colaboración de Bildu y ERC con el Gobierno de España es para irse de España. No es que la declaración de Otegi sea como cuando salto la sorpresa en Las Gaunas pero si sirve para desvelar que Pedro Sánchez es consciente del daño que su política de entrega al nacionalismo a cambio de poder está haciendo a España y el peligro que supone dar las llaves del BOE a sus socios separatistas.
Durante décadas el problema territorial de España y el factor de inestabilidad que el mismo supone quedó circunscrito a dos comunidades: el País Vasco y Cataluña. En los últimos años ese riesgo de ruptura y, en todo caso, de creciente desafección a España, se ha ampliado a Baleares, a Navarra y de forma incipiente a algunos lugares de la Comunidad Valenciana.
El PP tiende a tontear cíclicamente con el nacionalismo. El propio Alberto Nuñez Feijóo ha afirmado que prefiere pactar con el PNV que con Vox. Los populares a lo largo de su historia han mantenido con el nacionalismo una relación de amor y odio. Los han apoyado, han recibido su apoyo y en ocasiones se han enfrentado a ellos. El PP arrastra complejos frente al particularismo que debe superar si quiere crecer en los territorios infectados de nacionalismo. Feijóo no da señales en esa línea pero está a tiempo de fijar una política clara.
El PP arrastra complejos frente al particularismo que debe superar si quiere crecer en los territorios infectados de nacionalismo
El PSOE es más inequívoco y claro que el PP. Siempre, en todas las comunidades, cuando puede pacta con los nacionalistas lo hace, sin complejos. En el País Vasco el PNV gobierna con la dócil colaboración del PSOE. En Cataluña el PSC ofrece a ERC apoyo para los presupuestos y en la diputación de Barcelona gobiernan con Junts. En Baleares la presidenta regional socialista, Francina Armengol, cuenta con el apoyo de MES, la marca de ERC en las Islas. En Navarra la presidenta regional socialista, María Chivite, tiene como socios dentro del gobierno a Geroa Bai, la franquicia navarra del PNV y el apoyo externo de Bildu. En la Comunidad Valenciana, País Valencià para el PSOE, el Presidente de la Generalitat, Ximo Puig, gobierna con los nacionalistas de Compromís.
Si ser nacionalista es una forma de hacer política tendente al conflicto porque se basa en azuzar instintos básicos de los votantes, lo de Compromís es para nota, ellos no son nacionalista valencianos sino de sus vecinos catalanes. Compromís es el caballo de troya del independentismo catalán en la Comunidad Valenciana pero el PSOE mira hacia otro lado a cambio de retener el poder regional y formar parte del gobierno municipal de Valencia ciudad.
Compromís es el caballo de troya del independentismo catalán en la Comunidad Valenciana pero el PSOE mira hacia otro lado
El Gobierno de Pedro Sánchez se ha esforzado en repetir una y otra vez que el pacto para la retirada de la Guardia Civil de las carreteras navarras era algo ya pactado y previsto pero el acuerdo es la más humillante muestra de claudicación del Estado frente al nacionalismo independentista que aspira, como Otegi a dejado claro, a despedazar España.
El acuerdo de la retirada de la Guardia Civil de Navarra es un paso más y de mayor gravedad porque, en teoría, Bildu no gobierna en Navarra, y el Gobierno de España llega a un acuerdo con un grupo que no forma parte de un gobierno que preside su propio partido.
Pero lo fundamental no es que se pacte algo con alguien que ni tan siquiera gobierna en Navarra sino que el acuerdo se firma con los herederos políticos de ser responsables del asesinato de 40 navarros. La última víctima navarra de ETA, en 2009, era un Guardia Civil asesinado en Baleares.
ERC, Bildu, PNV, Compromís, Mes y el BNG todos ellos socios de Pedro Sánchez no engañan, ni disimulan, ellos no están por la concertación, ni por el acuerdo, están por volver a la España visigótica partida en mil cachitos.
El acuerdo de Navarra y la forma en la que Bildu lo ha celebrado, con su diputado al Congreso, Matute, tuiteando “circulen” para celebrar la salida de la Guardia Civil de Navarra pone de manifiesto que los socios de Sánchez no solo buscan la separación, buscan la humillación y Sánchez, ante el nacionalismo, tiene vocación de alfombra. No hay mesa de negociación posible, la solución pasa por un estado fuerte y presente, en especial allí donde hoy debido a los pactos de unos y otros, es más débil.