Movilidad eléctrica restringida
Los vehículos eléctricos sirven para la movilidad urbana y periurbana, como coche compartido o segundo coche, no como coche único
A ver cuánto van a tardar las autoridades de tráfico a prohibir la circulación de vehículos eléctricos por las autopistas bajo determinadas condiciones climatológicas.
Tal vez los satisfechos propietarios de tan avanzados y ecológicos vehículos no han pensado que si les pilla un atasco de varias horas en un día de frío se van a quedar sin batería.
De momento son escasos los eléctricos que se adentran en las autopistas
Deberán esperar la grúa. De momento son escasos los eléctricos que se adentran en las autopistas, pero cuando sean muchos, la que se va armar es de un calibre que pocos imaginan.
No es preciso disponer de mucha agudeza para describir el panorama: gélida madrugada invernal; tráfico muy denso en una vía de gran capacidad; un camión tráiler tiene un accidente y queda cruzado a lo ancho de la calzada: colapso total.
Yendo muy rápidos, los servicios de emergencia tardan cuatro o cinco horas en retirar el tráiler.
Después de la insoportable espera, los vehículos atrapados comienzan a circular. ¿Todos? No. Unos pocos se han quedado sin gasolina y son empujados hacia el arcén, a la espera de que un equipo les suministre la cantidad de combustible necesaria para reemprender la marcha. ¿Y los eléctricos? Esos, a esperar la grúa.
En condiciones de climatológicas extremas los pioneros del vehículo eléctrico deberán esperar a que la grúa transporte su coche hasta un centro de recarga
Si no hace frío, la cosa no va a más. Tengan o no el deposito lleno, los conductores de los vehículos con motor de explosión quitan el contacto, salen a dar un paseo, intercambian impresiones con sus vecinos de infortunio.
Pero si la temperatura exterior no permite salir, si apagar la calefacción equivale a helarse, entonces sobreviene el nerviosismo entre los que llevan el depósito con la luz de reserva encendida.
En situaciones extremas, pueden solicitar refugio a alguna alma caritativa y previsora que les acoja caritativamente en el seno de su cálida privacidad sobre ruedas. En cualquier caso, el problema es relativamente menor, ya que la proporción de candorosos que apuran tanto es escasa. Hasta ahí, todo normal, algo habitual en atascos largos.
¿Qué ocurre con los vehículos eléctricos en tales circunstancias? Pues que agotan las baterías para caldear el habitáculo mucho antes que la gran mayoría de los demás el combustible.
Los coches eléctricos medianos o grandes, utilizados como vehículo familiar único, serán un fracaso
La molestia subsiguiente es inenarrable. Solucionado el atasco, sus compañeros de infortunio, los que habían apurado el depósito, se arrepienten de su imprevisión pasajera hasta que, aprovisionados por un vehículo de emergencia, vuelven a sonreír entre propósitos de enmienda.
En cambio, los incautos pioneros del vehículo eléctrico deberán esperar a que la grúa transporte su coche hasta un centro de recarga. Se perderán la jornada laboral y a buen seguro que, mientras se recuperan del frío y del susto, tendrán tiempo sobrado de arrepentirse por haberse dejado arrastrar por la ilusión.
Hasta aquí, el problema es de unos pocos que lo han sufrido. Lo expuesto no es suposición sino experiencia real, hechos que han ocurrido.
Proyectemos ahora la situación del enorme atasco invernal hasta un próximo futuro en el que, a caballo de la gigantesca ola invasora que se está levantando, la proporción de coches eléctricos aumente, primero hasta el 10%, luego hasta el 30% o más.
Nadie con posibilidades de apuntarse a la novedad querrá ser menos que sus orgullosos vecinos.
Entonces, llegados hasta un punto de saturación, la autopista quedará colapsada por completo incluso una vez retirado el camión de gran tonelaje accidentado. Encierro general. La mayoría de coches con motor de combustión se verán bloqueados por los eléctricos.
En consecuencia, las autoridades se verán obligadas a poner en marcha los sistemas de emergencia para la evacuación de todos los atrapados en la autopista… que quedará así cortada durante largos días.
Hileras de autocares que, en sentido contrario, rescatan a los afectados. Helicópteros para los que sufran síntomas de congelación.
Preparados para la movilidad urbana
Situación de efectos próximos o superiores a los de una gran catástrofe. Cuerpos de seguridad vigilando para evitar robos vandálicos en los coches abandonados, etc.
Miles y miles de familias afectadas sin poder recuperar sus vehículos, se muevan con la energía que se muevan. Irán siendo avisados a medida que la autopista vaya siendo despejada.
Entonces sobrevendrá el pánico a sufrir un percance similar entre los propietarios de vehículos eléctricos. De la ilusión a la maldición. De estímulo con publicidad masiva y medidas públicas a restricción y prohibición.
Los coches eléctricos medianos o grandes, utilizados como vehículo familiar único, serán un fracaso Los vehículos eléctricos sirven para la movilidad urbana y periurbana, como coche compartido o segundo coche, no como coche único o familiar. Los híbridos, en cambo sirven para todo.
La movilidad eléctrica es óptima si está restringida a entornos urbanos. No en las autopistas cuando haga frío.