Montefibre Hispania, en el peor momento de su historia

La empresa Montefibre Hispania, fabricante de fibras acrílicas, perdió el pasado año la friolera de 21,4 millones de euros, con una facturación de 49 millones. En el ejercicio precedente había registrado un giro de 176 millones y un déficit de 4,7 millones. Estos escuetos datos reflejan las durísimas vicisitudes que la casa vivió en este bienio negro, saldadas en julio de 2013 con la instancia de concurso de acreedores ante los juzgados mercantiles.

Montefibre tiene su sede central en Barcelona y posee una planta industrial de fibras en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro. Las máquinas de ésta apenas trabajaron cuatro meses el año pasado. Los ocho restantes, estuvieron paradas. Desde 2012, la firma ha presentado cuatro expedientes de regulación de empleo temporal que afectaron a toda la plantilla. Hoy consta de 250 personas.

El recinto productivo de Miranda de Ebro incluye una central de cogeneración, que abastece a la propia empresa y revende la energía sobrante a la red peninsular. Le han dañado sobremanera los cambios legislativos del Gobierno Rajoy en materia energética, que rebajan o eliminan las primas a la producción. Por tanto, la planta de Montefibre ha dejado de resultar rentable, con la letal consecuencia de que la empresa ha perdido la ventaja competitiva que poseía.

Pese a todos los pesares, es de destacar que los administradores concursales han certificado que Montefibre cuenta con un patrimonio ampliamente positivo, ya que las deudas suman 33 millones, frente a un activo de 64 millones. La empresa es filial de su homónima italiana.