Más secuelas del desplome de Spanair
Las consecuencias del fracaso de la aerolínea Spanair se dejarán sentir durante bastante tiempo. Los accionistas, por ejemplo, perderán el grueso de su inversión, pues los bienes existentes no llegan para cubrir el pasivo exigible. Entre ellos figura la compañía de capital riesgo Catalana d’Iniciatives, que se vio forzada por el Govern a tomar una participación del 10% en la compañía aérea. El quebranto fue de tal calibre, que de una tacada Iniciatives consumió todos los recursos acumulados en veinte años de fecunda trayectoria y se hundió para siempre.
Iniciatives ha inscrito ahora en el Registro Mercantil el nombramiento de los dos liquidadores que ultimarán los trámites del cierre, Josep Pujolràs Nonell, del bufete Roca Junyent, y Antonio Trallero Vilar, director de inversiones de Iniciatives. Con tal motivo, ha cesado el último consejo de administración de Iniciatives, integrado por Enrique Sánchez González, Antonio de la Torre Díaz, Luis Ballesta Aniorte, Raúl Rodríguez Sabater, Josep Ramon Sanromà Celma, Jordi Plachart Remmert, amén de Telefónica, Barcelona de Serveis Municipals, Banco Sabadell, Corporación Once, Repsol e Institut Català de Finances.
Si el desastre de Spanair ha sido devastador para Catalana d’Iniciatives, también podría serlo para quienes ocuparon puestos en el último consejo de administración de la aerolínea, a los que la fiscalía reclama una responsabilidad de más de 72 millones de euros.
Tal riesgo afecta, entre otros, al entonces presidente Ferran Soriano; a los consejeros Miquel Martí Escursell (Moventia y Femcat), Josep Mateu Negre (del Racc), Jordi Rafael Bagó Mons (Grupo Serhs), Josep Maria Benet Ferran (Mediapro), Juan Gaspart Solves (Hoteles Husa), Manuel Albanell Mira (Catalana d’Iniciatives); así como a las entidades Fira de Barcelona, Avançsa e Inversiones Turístiques i Comercials 2009.