Más Europa: la alianza liberal-conservadora al mando

A lazos nacionales se unen los lazos ideológicos: Francia y Alemania, erigidas en motor europeo de ideología liberal-conservadora

Con tantas quejas por la escasa operatividad de las instituciones europeas, entre los que quisieran ver reducido el poder central y los que claman sin descanso por unos auténticos estados unidos europeos, la Unión mejora su rumbo.

Una clara mayoría pro europea en el Parlamento, un tándem franco-alemán reforzado y como gran novedad la alianza entre liberales y conservadores, erigidos en pilares del estado del bienestar y de la construcción europea.

La nueva centralidad política en Europa relanza y consolida el eje franco-alemán

Para entender los nombramientos acordados, es imprescindible tener muy claro que la frontera ideológica, autoritarismo antisocial a un lado, bienestar y libertades en el otro, pasa por el interior del Partido Popular Europeo.

A fin de consolidar el poder de los segundos, Merkel y Macron han cortado el paso a los primeros a base de reforzar los lazos entre liberales–conservadores y conservadores liberales.

La nueva centralidad política en Europa relanza y consolida el eje franco-alemán, ya que a los lazos nacionales (los dos juntos son imparables) se unen los lazos ideológicos. Francia y Alemania erigidas en motor europeo de ideología liberal-conservadora.

Esta ronda de nombramientos la han perdido los conservadores radicales, o sea los afines a Trump y Putin

Los tres que van a mandar piensan de modo parecido. La germana Ursula von der Leyen estará al frente de la Comisión. Se trata de la ministra más longeva i fiel de Merkel, casi un alter ego del canciller, y es la menos conservadora de los conservadores, desde luego más progresista que muchos socialistas de la línea Blair. Buen nombramiento.

Excelente asimismo el de Cristine Lagarde, otra conservadora abierta y de talante liberal, dotada de una gran capacidad de visión y gestión. Con ella, el euro sigue estando en prestigiosas y respetadas manos.

El tercer puesto del triunvirato, si bien puede considerarse parejo al primero, es la presidencia del Consejo, que se adjudica al belga Charles Michel, un liberal puro.

Gran éxito de Macron. Éxito mayor de Merkel, que de este modo, antes de despedirse, ancla a su partido en el conservadurismo liberal y evita o dificulta mucho cualquier deriva de Alemania hacia el autoritarismo.

La alianza liberal-conservadora tiene otro proyecto sólido y alternativo, europeísta y social

Los que se oponían al socialista Frans Timmermans como presidente de la Comisión han tenido que tragar en silencio pero no tienen el menor motivo para estar contentos.

A pesar de las apariencias, y de ciertos titulares un tanto miopes, esta ronda la han perdido, y por goleada, los conservadores radicales, o sea los afines a Trump y Putin. La recién estrenada alianza liberal-conservadora es la verdadera novedad. Apuesten doble contra sencillo a que va para largo.

Fuera de la familia conservadora pero también dentro, la extrema derecha tiene un proyecto destructivo de las libertades y la justicia social. La alianza liberal-conservadora tiene otro proyecto sólido y alternativo, europeísta y social.

En cambio, los socialistas se han quedado con una sensibilidad pero sin programa ni perfil propio. Quedaron segundos en las elecciones europeas, pero han sido excluidos del poder por la alianza entre los primeros y los terceros.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa en Bélgica el 21 de junio de 2019. Foto: EFE/JW

salvado por la mínima

Pedro Sánchez se salva de la postergación de los socialistas al conseguir un triunfo importante: Borrell será Alto Representante para Exteriores

Para los socialistas y para el sur, un doble premio de consolación. En apariencia, los puestos importantes son cinco, pero en realidad son los tres que han sido copados por Merkel y Macron. Los otros dos, presidencia del Parlamento y Exteriores, son vistosos pero carecen de poder real.

Pedro Sánchez se salva de la postergación de los socialistas al conseguir un triunfo importante. Borrell será Alto Representante para Exteriores -y de paso se lo quita de encima por si conviene algún pacto con independentistas-.

El riesgo de involución debido al empuje de los partidos euroescépticos de extrema derecha ha quedado conjurado por los votantes. Inauguramos pues una etapa propicia para afianzar las instituciones y apuntalar un poco más la compleja e imperfecta pero a la postre efectiva arquitectura europea.

El proyecto de Europa

Hay proyecto, ya lo verán. Europa no va retroceder ni a quedar encallada. La mayoría proeuropea del Parlamento es aplastante. Si los socialistas ponen reparos, cosa poco probable, siempre están ahí los verdes pragmáticos, que en el fondo son liberales conservacionistas.

De puertas adentro, Europa es el mayor espacio de bienestar colectivo del planeta. Cierto es que ha aumentado el desequilibrio social y que debería avanzar, o por lo menos no retroceder, en justicia social, en humanismo, en humanitarismo y en derechos y libertades. Los deberes son ingentes. Sin embargo y por comparación, sigue siendo el mejor lugar del mundo.

Merkel deja una muy buena herencia. Es tan justo reconocer los méritos de Europa, sin dejar de criticar sus carencias, como conveniente recuperar un moderadamente optimista espíritu europeo.

La autoestima es importante, los europeos deberíamos recuperarla y tendremos motivos para hacerlo.