Más energía para 2014

Para un país como España, de una dependencia energética muy gravoso, el futuro de la energía acucia y determina los ritmos del crecimiento económico. Los industriales saben que la energía es su segundo gasto, después de pagar la nómina. El Banco Mundial advierte que el coste de la electricidad afecta más a las empresas que la falta de fluidez crediticia. Mientras tanto, están ocurriendo cosas de mucho calado en el panorama de las energías: los Estados Unidos, por ejemplo, van camino del autoabastecimiento con lo que esto representa –y ya se ve– respecto a su política para el Oriente Medio. Para un proveedor antes fundamental como la Arabia Saudita, la tregua que Obama concede a Teherán es descorazonadora. Putin, gran caimán geoestratégico, se asegura el gas y el petróleo de Siria. China intensifica su programa nuclear y está adentrándose en África.

La Unión Bancaria europea es una exigencia de la crisis, pero una política energética común todavía sería de mayor alcance. Ahí el parón nuclear de Angela Merkel es de efecto categórico. Y no se puede esperar todo de Bruselas. Para España, anticiparse a las vicisitudes energéticas es vital y por eso lo peor en someter la estrategia general al calendario electoral o a postulados tan endebles como el buenismo energético de Zapatero que lo confió todo a las energías renovables. Una gran política para España, entre otras cosas, consistiría en generar acceso a una energía menos cara.

Es un gran tema para todo gurú del futuro. El sabio Daniel Yergin aventura tres posibles escenarios energéticos para 2030. Primero: un crecimiento global sostenido con el consiguiente incremento de la demanda energética, pero a precios más bajos, gracias a una mejor explotación petrolífera y a la nueva oferta de gas pizarra. En consecuencia, más trabajo. Menor coste de las energías renovable. Segundo escenario: el cambio climático reaparece como gran factor de riesgo global. Una cadena de incidentes que llevan a una subida de los costes energéticos. Regreso de la opción nuclear. Eclipse del petróleo como recurso. En tercer lugar, Yergin expone para 2030 un escenario de turbulencia y volatilidad. La economía global cede ante el proteccionismo. Perjuicios para el crecimiento.

No es una carta más a los Reyes de Oriente: hace falta más energía en 2014. Estas cosas a veces comienzan en casa. Como contribución de la sociedad, la eficiencia en el consumo es un factor significativo para la reducción del coste energético. Por otra parte, el potencial tecno-científico del mundo actual avanza hacia un horizonte –más o menos lejano– de nuevas fuentes de energía. ¿Tiene posibilidades la fusión nuclear? No es utópica la interconexión energética en un mundo de interacción digital.

Valentí Puig