Mas, directo contra el muro

Artur Mas podrá decir siempre que ha sido fiel a sí mismo. Estudió en el Liceo francés, y se ganó un supuesto prestigio: un cartesianismo a prueba de todo. Mas cree que debe cumplir su compromiso y se aferra a un hecho que es muy cuestionable: «hay una mayoría clara para seguir adelante», ha asegurado en su comparecencia en el Palau de la Generalitat.

Esa mayoría, posible, era de 72 diputados, por encima de los 68 que marca la mayoría absoluta. Sí, pero esa suma se distribuía de la siguiente manera: 62 diputados de Junts pel Sí, y 10 de la CUP. Ante la negativa de la CUP a esa investidura, no existe esa mayoría. Pero lo que ha olvidado Mas, otra vez, es que un proceso de ruptura con el resto de España no se puede ni iniciar con sólo el 48% de los votos, que es lo que lograron las dos candidaturas independentistas el 27 de septiembre.

Mas sigue adelante. Contra un muro. Porque las circunstancias no cambiarán de la noche a la mañana en unas nuevas elecciones, previsiblemente el 6 de marzo. Mas insiste en que se ha iniciado un proyecto catalán de creación de un estado propio. Y de ahí no se baja. No hay otras posibilidades. No se deja la puerta abierta a renunciar –aunque sea de forma temporal– a un proceso que no tiene una mayoría social con la necesaria potencia en Cataluña.

Por ello, Mas corre hacia el muro. Sigue. Con sus recetas cartesianas. En unas nuevas elecciones puede contar con el apoyo de los independentistas decepcionados con la CUP, y con esas clases medias que dice defender que admiran a su President. Pero puede ocurrir todo lo contrario. Que el desgaste en el soberanismo le impida gobernar, y que se dé paso a un gobierno de izquierdas, con Esquerra Republicana ocupando el espacio central.

Sin embargo, sólo después de esas nuevas elecciones –si la CUP no reacciona de aquí al domingo, como le ha emplazado Mas– que serán autonómicas, lo quiera o no el líder de Convergència, se podrá avanzar hacia lo que necesita Cataluña: un gobierno que gobierne. Sólo dejando de lado un proceso que no es posible, se podrá volver a la Política.