Marine Le Pen impone su ‘lifting’
El voto municipal francés ha superado con un 61% sus cotas de abstencionismo de los últimos 40 años. La incompetencia política de François Hollande ha desmotivado el voto socialista, el centro-derecha se mantiene más de lo que se esperaba y el Frente Nacional entra en la primera liga.
El lifting que Marine le Pen le ha hecho al partido de su padre ha dado resultados. Era adaptar el lenguaje a las nuevas generaciones y costumbres, manteniendo los elementos básicos de la extrema derecha. Sus resultados espectaculares ratifican el panorama de unas elecciones europeas muy tensas.
Según algunos sondeos, el Frente Nacional podría ser el más votado, con todo lo que esto representa de alteración del viejo consenso europeo. Marine Le Pen incluso ha hablado de acabar con el euro. No parece que la nueva extrema derecha tenga un peso fundamental en la eurocámara que viene, pero quizás determine las posiciones del bloque central, dada la insatisfacción manifiesta de los electorados europeos.
Según esta primera vuelta, lo que se llamaba votar a los alcaldes por su ejecutoria –votar la persona– ha sido sobrepasado de un lado por la irritación del votante y, por otra, por la gran bolsa de abstención.
La UMP obtuvo el 47% de los votos, para los socialistas fue el 38% y en Frente Nacional llega al 5%. Si se considera que el partido de Marine Le Pen solo se presentaba a 600 de los 36.000 municipios, el salto es significativo. Pero no significa que la segunda vuelta le otorgue muchas alcaldías, sino que será decisiva en dirimir quién las ocupa.
La segunda vuelta electoral pondrá nombre a las alcaldías. Para la UMP, eso significa regresar al dilema de su conciencia política: pactar o no pactar con Marine Le Pen. Con división, zonas de penumbra y falta de liderato, a la UMP, podía haberle ido peor. De hecho, en contra de lo que se preveía, quizás recupere la alcaldía de París.
Los socialistas se han apresurado a orquestar una suerte de nueva unión de izquierda. ¿Llegan a tiempo? De hecho, en su conjunto el voto de la derecha ha sido del 43,1% y para la izquierda el 35.2. Hollande lleva casi dos años en el Elíseo y gana el récord de impopularidad.
El tan traído y llevado malestar de Francia revela así sus repliegues y premia a Marine Le Pen. El Frente Nacional entra en la sala de máquinas de una nación dividida. Va a arbitrar el poder municipal. ¿Acabó el bipartidismo? A la vista está que buena parte del voto de izquierda o se ha abstenido o ha optado por el lifting de Marine Le Pen. Es un desplazamiento muy de fondo.