Marilen
Este artículo sólo podría escribirlo un familiar o un amigo íntimo del President Artur Mas, pero lo ha escrito un periodista que no es ni familiar ni íntimo, ni allegado.
Me lo contó en confianza Joan Vallicrosa, el rector que en 1982 le casó en la preciosa iglesia románica de Santa María de Llerona (Les Franqueses) y que les requetecasó en 2007, veinticinco años después.
Mossèn Vallicrosa era un cura muy escrupuloso: las únicas bodas que aceptaba en su parroquia votiva del siglo X eran las de los bautizados en Llerona, una partida rural sin núcleo urbano, sino de masías desperdigadas en un manto verde dibujado por el Montseny vecino, y alguna urbanización en la que los padres de Mas tenían su segunda residencia; por esa vía pudo casarse en Santa María en 1982.
Arturo Mas, ajeno a la política, era un apuesto joven de familia burguesa dedicado a labrarse un futuro en la empresa privada. Un completo desconocido que se casaba con una bellísima mujer de ascendencia checa.
En 2007, cuando volvieron a Santa María, al rector con cincuenta años en esa parroquia, nadie le tenía que explicar quienes eran los novios de las bodas de plata: Artur Mas y Helena Rakosnik.
En mi primera colaboración en Economía Digital, el 21E, escribí que Artur Mas sufre, como José María Aznar, el llamado Síndrome de Hybris, una patología tan frecuente como la gripe en invierno entre los políticos con años de gobierno en el que la adulación y el besamanos de su cohorte les lleva a sentirse superiores. Hay una segunda coincidencia más privada: la lengua que utilizaban en la intimidad…
Dentro de 100 años cuando se hable de la historia de España, probablemente la frase más célebre que se recuerde de Aznar sea la de que hablaba catalán en la intimidad. No es que Mas haya dicho semejante tontería, pero algo de cierto hay: en la intimidad, cuando están solos o con amigos antiguos, Helena, que en su DNI es María Helena, es Marilen, un apócope muy madrileño.
El castellano es la lengua familiar de los Rakosnik. En esa lengua se conocieron, ennoviaron y se casaron… Tres años después de la boda, Artur Mas fichó por Convergència para ser concejal de Barcelona, y fue entonces cuando decidió la normalización lingüística en su propio hogar; pero en privado la sigue llamando como siempre: Marilen. Es el nombre familiar, y de los amigos…
No fue hasta el 2000, quince años después de ingresar en la política, ya siendo conseller d’Obres Públiques i Política Territorial, cuando este soberanista de nuevo cuño decidió ir al Registro Civil y suprimir la ‘o’ de su nombre de pila. Tenía 44 años.
Me preguntarán ¿y qué?… Pues nada. Simple anécdota, pero que retrata in profundis no a un impostor (¡Válgame Dios!), sino a un hombre que un Onze de Setembre cayó de su caballo camino de Damasco víctima de un rayo divino lanzado por la diaconisa, ya que estamos en harina religiosa, Carme Forcadell.
2012 es el año I de la hégira personal de Artur Mas.