Ecología y turismo (I)

"Toda teoría, querido amigo, es gris, pero el árbol dorado de la vida brota siempre verde", Goethe

En Galicia el turismo es abordado por su gobierno autonómico desde una perspectiva meramente económica y de desarrollismo propia del siglo pasado, en todo lo que en España significó la destrucción de su entorno del litoral por un urbanismo de ladrillo, cemento y chiringuito con el famoso lema de ‘sol y playa’.

La única finalidad consiste en superar el número de visitantes cada año; pero curiosamente nuestros dirigentes autonómicos no destacan en su publicidad machacona el medio millón menos de pernoctaciones sufridas en el pasado mes de julio.

El paisaje de Galicia está esculpido por la poesía de Rosalía Castro o el relato de Pardo Bazán

Pero nuestra tierra no necesita de todo esto como motor económico, sólo necesita que lo que nos distingue, lo que sentimos y lo que nos hizo universales no se destruya por unos intereses de unos pocos.

El paisaje de nuestro territorio está esculpido en la fascinación literaria de la poesía de Rosalía Castro, por su ruralismo ancestral, convertido actualmente en un desierto demográfico; o en el relato alucinante de la madre naturaleza de la Pardo Bazán, que es una simple realidad virtual que añoramos.

Las impactantes descripciones del Bosque Animado de Fernández Flórez son una inexistente masa arbórea arrasada por el canibalismo de algunos depredadores; los mil ríos de Álvaro Cunqueiro son corrientes de aguas carentes de vida, insalubres y pestilentes.

Los ‘ecocidios’ que se han producido en Galicia tienen nombre y apellidos

De la geografía generosa plasmada por Otero Pedrayo cabalga el fuego infernal desde el Caurel idílico de Uxío Novoneyra hasta la Sierra de Leboreiro de Curros, Celso Emilio y Ferrín, y hasta los márgenes del Rio Tea de Domínguez Benavides.

Sin olvidarnos de Eduardo Pondal, que ya no puede cantar al pinus pinaster como especie foránea y no autóctona, por cierto.

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Un turismo de calidad

Según una encuesta de la Unión Europea, el 50% de los consultados se estaría considerando un destino turístico con respecto a la naturaleza

El inmenso mar océano y las rías cantadas por Manoel Antonio se han convertido en un ecosistema marino altamente contaminado por la acción de unos ‘ecocidios’, consumados con nombre y apellidos.

Las encuestas realizadas por la Unión Europea y la OIT desvelan que el 50% de los consultados dicen haber considerado o estarían considerando un destino turístico de respeto a la naturaleza y al medio ambiente.

Estos incluyen, entre otras prácticas, el medio natural protegido y la vida silvestre; la búsqueda de las iniciativas de desarrollo sostenible de la economía del entorno rural, para su preservación y desarrollo.

Además de la naturaleza, son fundamentales las actividades de enoturismo, las gastronómicas, incluyendo también la compra de artesanías y manufacturas locales, y también la producción agroalimentaria de alto nivel ecológico.

El respeto por el medioambiente

Este turismo apunta a combinar el ocio del viajero con el respeto por el medio ambiente que percibe.

No cabe duda de que estamos experimentando un “nuevo turismo” y estos nuevos turistas tienen un mayor nivel de conciencia ambiental y cultural, lo que significa que, como resultado de la generalización de las nuevas tecnologías y las redes sociales, éstos son hoy por hoy más exigentes, más capaces de influir, y tener una opinión propia sobre los lugares que visitan y los productos que consumen.

Simplemente, buscan la excelencia aplicada al turismo ecológico que es el futuro de nuestra tierra y de la humanidad.

Manuel Meiriño, abogado, y Francisco Lueiro, médico, son miembros de la asociación ecologista Arco Iris