Los verdaderos motivos del cambio de Gobierno

Sánchez quiere afianzar su control del PSOE poniendo en jaque a los barones de las escasas federaciones díscolas y preparar las elecciones de 2023

Si revisamos los rankings de las empresas que se dedican a asegurar los riesgos laborales de los trabajadores, nos encontramos con que los trabajos más peligrosos de nuestro país son, y por este orden:

  • Policías, militares y agentes de seguridad 
  • Profesionales de la salud 
  • Bomberos y agentes forestales 
  • Trabajadores del sector marítimo 
  • Mineros 
  • Trabajos en altura 
  • Gestión de residuos 

Pero los rankings oficiales se olvidan de la que sin duda es la profesión más arriesgada y precaria de nuestro país, que no es otra que ser ministro en un gabinete presidido por Pedro Sánchez, no en vano ya se ha fundido a 17 ministros en solo dos años de ejercicio del poder. Un récord difícil de superar.

Sánchez quiere afianzar su control del PSOE poniendo en jaque a los barones de las escasas federaciones díscolas y preparar las elecciones de 2023

Pero vayamos a las claves de la profunda (al menos numéricamente) renovación gubernamental que acaba de anunciar el presidente del gobierno, un cambio que si bien tiene su origen en la total carbonización del primer ejecutivo de coalición salido de las urnas que, recordemos, antes de llegar aquí ya había sufrido cinco micro-crisis de gobierno previas, viene marcado por dos objetivos nítidos:

El primero, afianzar su control del PSOE poniendo en jaque a los barones de las escasas federaciones díscolas, y el segundo y no menos importante, preparar las próximas elecciones autonómicas y municipales, para las que quedan menos de dos años.

Sánchez afianza su control en el PSOE

Hablemos del primero, el reforzamiento de su ya férreo control del PSOE y la eliminación de los escasos restos del viejo partido socialdemócrata que transformó España que puedan aún pueda quedar en algunas federaciones. Para ello Sánchez de forma tan hábil como sibilina, ha introducido en su gobierno a tres políticas locales bien conocidas en sus territorios como son la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza, Pilar Alegría, y a las alcaldesas de Puertollano, Isabel Rodríguez y a la de Gandia, Diana Morant.

Sin duda cualquiera de las tres posee suficientes credenciales para entrar en un gobierno de Pedro Sánchez, pero además de esto, todas ellas suponen una amenaza para los presidentes autonómicos de sus territorios: Javiar Lambán en Aragón, Emiliano García-Page en Castilla la Mancha y Ximo Puig en la Comunidad Valenciana.

Las tres tendrán suficientes minutos de televisión nacional como para aumentar su conocimiento y valoración desde sus respectivos ministerios como para, con todo el apoyo añadido del aparato de Ferraz, convertirse en alternativas dentro de dos años para los citados barones regionales socialistas.

Sánchez busca mejorar sus pobres números electorales

Respecto al segundo objetivo, el electoral, Sánchez espera este nuevo gobierno con la ayuda de la nueva Comisión Ejecutiva que elegirá personalmente Sánchez para la dirección del PSOE en el congreso que se celebrará el mes de octubre, sirvan para mejorar sus pobres números electorales superando al Partido Popular, cosa harto complicada, o al menos para recortar suficientemente la ventaja que le saca Pablo Casado hasta reducirla a unos números con los que el líder popular no pueda sumar gobierno en las próximas elecciones.

Y una última clave, que es un mensaje para navegantes: Sánchez ha eliminado de un plumazo y de forma implacable a los tres tenores que se han pasado los dos últimos años metidos en todas las broncas internas posibles entre gobierno y PSOE: Carmen Calvo, José Luis Ábalos e Iván Redondo. El mensaje es tan claro como incuestionable: Si me creas problemas con enfrentamientos por el poder, eres cadáver

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