Los retos de Isidro Fainé para 2015 (y 6)

Cerramos el año en esta Zona Franca con el repaso a los retos que el hombre más poderoso e influyente de Cataluña afrontará el próximo año. El presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, de Criteria y de Caixabank, Isidro Fainé, tiene en 2015 un año especial para el futuro de la entidad que preside y para el suyo personal.

El 30 de junio de 2016 se agota el periodo legal hasta el cual Fainé puede presidir los órganos de gobierno del banco y de su fundación. Para llegar hasta ahí se aseguró en su día una enmienda a la ley de cajas que permitía una excepción respecto a la duración del cargo para su caso. Sin esa salvedad introducida en el trámite final de la ley debería haberse retirado con anterioridad.

Puede expirar ese mandato o incluso adelantarse, pero en cualquier caso será en 2015 cuando deba llevar a cabo los preparativos de tal decisión. Y los retos no son menores: ¿Quién manejará La Caixa a su marcha y qué hará él al abandonar esa ocupación?

Durante tiempo se creyó que la sucesión natural de Fainé en el gigante financiero barcelonés iba a ser protagonizada por Juan María Nin, su segundo durante unos años y el ejecutivo que se ocupó de administrar la entidad desde que Fainé le bailó el directivo a Josep Oliu (Banc Sabadell). Sin embargo, y por decirlo eufemísticamente, Nin no supo administrar bien los tiempos. Le traicionó la desmesurada ambición y su locuacidad ante determinadas instancias. No había salido Nin de algunos despachos o restaurantes madrileños y ya sabía Fainé los improperios que su vicepresidente le había dedicado o las medallas que se había colgado en su henchida pechera. Un día, Fainé dio un puñetazo encima de la mesa y Juan María Nin se quedó compuesto y sin novia en el mismo altar.

¿Podría La Caixa liderar todo el mercado bancario ibérico con un presidente, por ejemplo, de origen vasco?

Descartado Nin, el primer ejecutivo de Caixabank, Gonzalo Gortazar, no cuenta aún con perfil suficiente para gobernar estratégicamente la entidad. Con el vicepresidente Antoni Massanell pasa algo similar, se equivocó en algún momento de su carrera al elegir las alianzas más convenientes y Fainé difícilmente perdonará antiguas adhesiones suyas a Antoni Brufau. Porque, siendo claros, ¿alguien cree que el futuro de La Caixa se puede construir de espaldas a Fainé?

Atado y bien atado es como el presidente del grupo intentará dejar el tarro de las esencias para que en 2016 no haya sorpresas. Los cambios, por tanto, podrían ser previos. ¿Imaginan un escenario en que La Caixa se acabara convirtiendo en un gran grupo bancario ibérico (líder en España y Portugal) y que su presidente no fuera un catalán? ¿Un vasco, por ejemplo? ¿Se atreverían a pensar que la reordenación del mapa bancario español está finiquitada? Si no fuera así, ¿se atreven a lanzar cábalas sobre posibles movimientos en la mesa de Fainé durante los próximos meses?

Aunque sea de natural discreto y poco dado a la grandilocuencia pública, habrá que seguir con mucha atención cada paso que dé el presidente de La Caixa en los próximos meses. Nada será inocente en su estrategia ni fruto del azar. Cualquier acontecimiento en las torres negras tendrá su explicación con alguno de los retos que tiene planteados su jefe de filas.

Y en la solución personal, pues oscilará entre lo posible y lo deseado. Quizá pueda seguir como presidente de Criteria o buscar acomodo al final de su vida profesional en alguna de las filiales del grupo. Imaginemos que su amigo Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural, le estuviera guardando el puesto para ese 2016 que vendrá. Quizá sería una de sus preferencias, pero nada en el mercado es seguro hasta que se produce. Con la capilarización que el banquero de Manresa ha edificado sobre el tejido empresarial español no parece difícil que reciba alguna que otra oferta-corolario a los servicios y trabajos prestados. Aunque ya lo esté de manera oficial, Fainé no será un jubilado convencional de los que gustan de jugar a la petanca o visitar obras. Mientras la máquina aguante es probable que permanezca activo en los foros o instituciones que le complementan su faceta menos material, aquella más espiritual e intelectual.

La conjunción de todos estos elementos sobre la mesa, harán que 2015 sea el año de Fainé. A él y a todos los que han tenido la paciencia de continuar hasta este último párrafo, mis mejores y sinceros deseos para el año que llega.