Los ovarios de la banquera Dancausa
La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, fue la única integrante del foro Puente Aéreo que interrogó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre la polémica caída de Rodrigo Rato. La banquera alzó la mano mientras comían en la Moncloa este martes junto a otros 40 empresarios. El resto guardó silencio y aplaudió un discurso triunfalista basado en la economía. Cuentan que un antiguo grande de España y ahora pequeño de Cataluña estuvo particularmente complaciente.
Los argumentos con los que Rajoy construyó la respuesta recuerdan las evasivas de Felipe González cuando tuvo que pronunciarse sobre el caso Filesa, que golpeó de lleno al PSOE de la época. «Me enteré de lo de Rato por la prensa», contestó el futuro ex jefe de la derecha española. Y los 39 disimularon. Sin duda, los empresarios son tímidos y prudentes. Les cuesta montar el numerito en público. Sólo la certeza sobre la presencia del gen timorato en su ADN impide que pensemos que son cómplices de la corrupción. Menos mal que nos queda la valiente Dancausa: le puso ovarios.
Está bien que Rajoy emule a Felipe. En el fondo son lo mismo: jefes de partidos especializados en «saquear» España a base de impuestos exagerados (vía legal) o de trapicheos que, necesariamente, requieren que los patrones pasen por taquilla (vía ilegal). La mutación de Mariano en González es tan mimética que si Filesa acabó con el PSOE, Rato lo hará con el PP. Y ambos se habrán enterado gracias a los periódicos, probablemente en la sección de obituarios.
Envueltos en complacencia pasiva y empresarial corren los rumores. Éstos cuentan que la ausente Soraya –observen cómo ha desaparecido— orquestó a De Guindos para que filtrara que Hacienda investiga a Rato. El trabajo de animar a fiscales y jueces fue cosa de Montoro, que abrió el capital de Montoro & Asociados al actual ministro de Economía años atrás. La vicepresidenta es dueña de la Moncloa y dicen que, además, aspira a presidirla; así que necesita noquear a su jefe.
La historia se apoya en otra que desveló Xavier Salvador ayer: la posibilidad de que Aznar y Espe monten una candidatura alternativa al PP (o sea, a Soraya). Ambos relatos carecen aún de validez periodística, pero suenan con tanta fuerza en Madrid y, para más inri, en los mismos restaurantes donde comen los del Puente Aéreo, que merecen consideración y alguna pregunta al jefe del Gobierno.