Los gimnasios DiR arrojan pérdidas por segunda vez
La cadena de centros deportivos DiR cerró el pasado ejercicio de 2013 con déficit. No se trata de un resultado abultado, apenas unos miles de euros, pero es la segunda vez en la historia reciente de la compañía que los números rojos aparecen en sus balances. La anterior ocasión fue en el ejercicio de 2011.
DiR es el acrónimo de Deporte y Recreación. La compañía se ufana de ser la principal red de gimnasios de Barcelona, con 16 instalaciones en la ciudad, más otra en Sant Cugat del Vallès. Su presidente y fundador es el empresario Ramón Canela Piqué, principal accionista con el 73%. El resto pertenece a socios minoritarios de algunos de los recintos deportivos.
El grupo ha venido afrontando con recursos propios las inversiones necesarias para la apertura de los gimnasios. Pero también mediante la reiterada apelación al crédito bancario y al privado, este último por medio de seis emisiones de obligaciones retribuidas al 6%, que suman 10 millones de euros. La deuda bancaria asciende a 20 millones. Al arrancar 2014, el grupo presentaba un fondo de maniobra negativo por importe de casi 13 millones de euros.
La cifra de negocio bajó el año pasado de 51 a 46 millones, lo que significa retornar a los niveles que registraba en 2008, cuando las cuentas daban saneados beneficios de 3 millones. La caída de ingresos se achaca a varios factores: la reducción del precio medio de los abonos, medida que hubo que adoptar para mitigar el impacto del aumento del IVA; la creciente irrupción de gimnasios de bajo coste, que ganan cupo de mercado a costa de los tradicionales; y la caída de abonados. En los dos últimos años la plantilla de DiR se ha recortado de 800 a 670 personas.
Todo ello ha obligado a la dirección de la casa a reelaborar el plan de negocio 2012-2019 para acompasarlo a la situación del mercado. Entre las medidas que ya se están adoptando este año figura la poda de gastos de personal y los estructurales en un 10% y un 8%, respectivamente; la rebaja de las inversiones, sin que afecte a la calidad del servicio; la venta de inmovilizado material sobrante; y la captación de nuevos accionistas. Así mismo se alarga la amortización de las obligaciones que concluyen en 2014. Y se ha solicitado a la banca prolongar el vencimiento de algunos préstamos y dos años de carencia. En 2012, DiR ya pactó con las entidades la refinanciación de una parte de su pasivo.