Los empresarios no se creen al CIS, Albert Rivera puede ganar
Hay diferencias notables. No es lo mismo el Círculo de Empresarios en Madrid que el siempre templado Cercle d’Economia en Cataluña, ni las patronales de la pequeña y mediana empresa en la capital española que las de Barcelona. Pero en los últimos meses sí se había producido un punto de encuentro: pasara lo que pasara en las elecciones generales, fijadas para el 20 de diciembre, tanto el PSOE como el PP y Ciudadanos debían ser capaces de llegar a acuerdos, dejando a Podemos en una posición secundaria. Es decir, el gran temor se centraba en la formación que lidera Pablo Iglesias, porque se comparaba con la experienca griega de Syriza.
Ahora esos miedos se han ahuyentado. Precisamente lo ocurrido en Grecia ha podido ser determinante para que Podemos haya caído con estrépito en las encuestas. Los ciudadanos españoles analizan la oferta electoral de Pablo Iglesias, y se encuentran con más preguntas que respuestas. Y, aunque la situación económica no responde exactamente a la descripción que presenta el Gobierno del PP, –la precariedad laboral ha aumentado y la voluntad de cambio no ha perdido brío– los electores se han ido decantando –siempre según los sondeos demoscópicos– hacia otras posiciones como la que representa Albert Rivera al frente de Ciudadanos.
Por ello, cuando algunos empresarios conocieron este jueves la encuesta del CIS, no se la acabaron de creer. Ciudadanos aparece en tercer lugar con el 14,7% –tras la ‘cocina’ correspondiente–, por detrás del PSOE, con el 25,3%, y el PP, que ganaría los comicios con el 29,1%.
Lo sucedido la pasada semana, con las reuniones en la Moncloa de Mariano Rajoy con los distintos dirigentes políticos, ha dejado a Rivera en una posición privilegiada. Sus dotes de comunicación no verbal –por supuesto también las verbales– dirigiendo la rueda de prensa posterior, dando la palabra a los periodistas, la forma de medir cada expresión, ha causado impresión.
La encuesta del CIS se trabajó justó después de las elecciones catalanas, en las que Ciudadanos consiguió ser la segunda fuerza en el Parlament, con 25 diputados, por detrás de Junts pel Sí, con 62 escaños. Quedó por delante del PSC y del PP, y de la coalición Catalunya sí que es pot, en la que se integró Podemos.
El 20 de diciembre se comprobará si ese 14,7% se queda ahora corto, pero de lo que hablan los centros de poder en estos momentos, los empresarios y directivos, es que Ciudadanos ya debe estar rondando el 20%, en una posición de casi empate con el PP y el PSOE. De hecho, otros sondeos publicados en las últimas semanas van en esa dirección.
Es decir, ha cundido la idea de que Rivera «puede ganar». Un ex dirigente del PP, que no le ríe las gracias de Rajoy, pero que sigue siendo fiel a las siglas de su partido, considera que los votantes podrían cometer «un gran error» en la apuesta por Ciudadanos, porque una fuerza política debe ser mucho más que su máximo líder. Pero la posibilidad de equivocarse o no es cosa soberana de los que depositan una papeleta en la urna el día de las elecciones.
La duda, cuando se quiere adentrar en la idea de si Rivera puede o no ganar las elecciones, se centra posteriormente en la ley electoral. Y es que en las circunscripciones pequeñas, la mayoría en España –que corresponden con las provincias– las que dan entre tres, cinco o siete diputados, los terceros partidos tienen complicada su representanción. ¡Que se lo digan a Izquierda Unida!
Pero es que lo que está sucediendo en España ahora no ha pasado nunca. Si tres partidos llegan casi empatados, –y en Soria, Palencia, Huelva o Álaba ven a todas horas a Rivera en televisión como lo puedan ver en Barcelona o Madrid– los tres obtendrán diputados.
En Álaba, por ejemplo, que ofrece cuatro diputados, en las elecciones de 2011 lograron un acta cada uno el PSOE, el PP, Amaiur y el PNV, porque las diferencias entre ellos fueron mínimas.
La idea es clara, y dependerá de cómo se desarrolle la campaña electora: Rivera tiene opciones de ganar, o quedar muy cerca del ganador. El PP se mantiene durante todo este tiempo en primera posición, pero como recordaron este jueves algunos analistas, como José Fernández-Albertos, estudiando a fondo la encuesta del CIS, el partido de Mariano Rajoy aparece el cuarto entre los votantes de menos de 55 años. Todo un presagio.