Los cuatro jinetes económicos

Un placer contemplarles. Juntitos, elegantes, educados, respetuosos. Sin una mala palabra para el contrario. Sin una interesante palabra para los asistentes. Los cuatro gurús económicos de los cuatro partidos importantes del actual mapa político español. Nadal y Garicano; Alvarez y De la Rocha. PP y Ciudadanos; Podemos y Psoe.

Creánselo. Ni un dardo a la yugular del contrario. Será que las elecciones quedan lejos. Más allá de verano. Pongamos en diciembre. Pongamos el 13 de diciembre. Para que los ciudadanos se liberen de cara a las Navidades. Pues entonces, para qué poner mala cara, decir palabras insinuantes o descubrir futuras propuestas económicas. Pues armonía.

Más de lo mismo. Y a esperar. Escuchando lo dicho por todos pueden hacer un Gobierno de concentración. «No haremos nada que ponga en riesgo el país» dijo el podemita Nacho Álvarez. Sólo faltaba. Jugar con el país. El país no se toca, amigo Nacho. Nada de sin pa (sin pagar) con la deuda. Se dice para llegar, pero no para permanecer.

Así que como las elecciones quedan lejos, pues digamos todos casi lo mismo. Que vamos a ser competitivos. Que la financiación territorial hay que retocarla. ¡Oh!, señor Nadal. Han tenido mayoría, haberlo hecho ya. Palabras electorales que todos dicen y, luego, nadie se atreve a ejecutarlas.

Se necesitará un estadista de talla para eso. ¿Dónde estará? ¿Habrá algunos en los partidos? En los cuatro, sí, en los cuatro. Estará oculto. En el armario. ¡Ah! y otra reforma laboral. Como que no hemos tenido bastante con ésta. Para echarse a temblar. ¡Otra reforma laboral! Miedo. Y todos quieren crear empleo. Ya está. Ganar, un decreto y ya está el empleo creado. El empleo, de momento, lo crean las empresas. Lo saben. Mejor que nadie, pero no lo nombran. Es lo que tiene ser de partido.

Reforma fiscal, lucha contra el fraude, no subir el IVA, reforma de los impuestos como el de sociedades, bajar impuestos, crear empleo, etc. ¿Hemos escuchado esto antes? ¿Seguro? ¡Ah!, sí, hace cuatro años. ¿Y? Nada. Hicieron lo que les pareció. Incluso, en algunos apartados, lo contrario. Señores, no nos tomen el pelo. Sean consecuentes y cumplan. Ya sabemos que no. Porque luego «hay que hacer números» dixit Garicano. Porque luego «hay que pagar» dixit Nadal. Y se te van las ilusiones. Más de los mismo.

Hay pautas que examinar. Somos un fracaso laboral como país. Pues empecemos. Y no sigamos a Grecia, del que todos opinan y, se supone, nadie sabe nada. Aseguran que ‘casi’ le regalan el dinero y van esos desagradecidos y no lo quieren. Pero, oigan ustedes, «sus condiciones las quiero para mi hipoteca» dixit Nadal.

Estamos por llamar a Merkel y saber qué opina. A lo peor nos hace el programa económico de cada partido. A lo peor ya lo tiene hecho. Y lo vamos a cumplir. Los cuatro jinetes pueden tomarse un descanso. El verano ya llegó. Las ideas las dejamos para septiembre.