Los caídos ante Sánchez se refugian en Cataluña

Iglesias nunca pretendió cambiar nada, solo entrar en la casta y ser uno más

Pablo Iglesias perdió dos veces ante Pedro Sánchez -que lo utilizó como un kleenex para llegar a Moncloa y luego lo dejó tirado- y ante Díaz Ayuso que lo humilló en las urnas. Cuando salió por la puerta lateral del Ministerio, con más pena que gloria, se refugió en Cataluña. Medios y universidades le abrieron con alborozo sus puertas para que pudiera escupir su bilis y resentimiento contra Madrid. Iglesias nunca pretendió cambiar nada, solo entrar en la casta y ser uno más.

Iván Redondo, también perdió dos veces, la primera cuando Sánchez le imputó el desastre de la moción de censura dominó de Murcia, Madrid y Castilla-León y le echó y luego cuando perdió la batalla por el relato sobre si se había ido “porque tocaba parar” o le habían mostrado el camino de los vestuarios tras revisar Sánchez la jugada de la censura murciana en el VAR. Redondo también tomó el camino de Cataluña para encontrar editor y medio que le de altavoz.

Gerard Piqué verbalizó en la presentación de la Copa Davis, en Madrid como no, lo que en Barcelona piensa todo el mundo, independentistas incluidos, “ya me gustaría a mí que Barcelona fuera como Madrid”. Lo curioso es que mientras Barcelona y su gente ven con envidia como Madrid les bate en todos los frentes siguen votando a los responsables de haber perdido el round y el partido contra la capital: el populismo de izquierdas y el populismo independentista.

Díaz Ayuso utiliza la derrota económica, social y cultural de Barcelona frente a Madrid para machacar en las sesiones de control parlamentario a Mónica García, la líder de la oposición del partido de Errejón: “sus políticas son tan buenas que allí donde las aplican, en Barcelona, las empresas y la gente huye a miles para instalarse en Madrid” le espetó esta semana.

Iglesias y Redondo se refugian en Barcelona donde hablar mal de Madrid o pedir la exoneración de Puigdemont hasta ahora estaba bien visto porque ya que Barcelona se ha infligido una autoderrota lo mejor es hacer ver que la decadencia barcelonesa es voluntaria y que la pujanza de los demás no nos importa porque “nuestro modelo es otro, más justo, más sostenible, más libre”. A base de repetirlo alguno se lo acaba creyendo.

El exvicepresidente y el exvicetodo se parapetan tras la élite catalana porque sus desgracias son las de los otrora poderosos catalanes que marcaban el paso en Madrid. Mal de muchos consuelo de tontos.

El exlíder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias y el líder del PSOE, el presidente Pedro Sánchez Efe/ Kiko Huesca

Gerard Piqué sin darse cuenta enmendó la plana a Redondo y a Iglesias que llegaron a Barcelona pensando que a todos los catalanes nos parecía bien pagar más para recibir menos. Pero no todo sale siempre como uno quiere y es que este fin de semana Colau se va a Valencia. La alcaldesa como todo los líderes en su ocaso busca fuera el aplauso que no tiene en casa, para eso se ha ido a Glasgow y para eso se va a la ciudad del Turia donde junto a Yolanda Díaz y Mónica Oltra presentarán la alternativa a Pedro Sánchez por la izquierda.

A Díaz y a Colau se les ha olvidado invitar a Irene Montero y a Ione Belarra así que Iglesias el lunes ya no tendrá la sensación de andar por territorio amigo al pisar las calles de Barcelona, incluso Ada Colau le ha dejado tirado.

Quizás algún día Iglesias y Redondo coincidan por las callese de Barcelona, si lo hacen el lugar más posible será la plaza Gregorio Traumaturgo donde toman el aperitivo los poderosos que tanto les aplaudieron en su lucha sin cuartel contra Madrid. Cuando se encuentren, los ex, solo compartirán dos cosas: su inquina a Pedro Sánchez y su nostalgia de tiempos mejores.

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