Lo que lamentan los españoles
Muchos españoles son más conscientes que sus políticos de que en España aún existe una clase media que aspira a no ser derrotada
Pensar que los votantes se lamentan de votar en las próximas elecciones generales es un error, como lo es pensar que lo harán sin sentirse desengañados al verse convocados nuevamente. Lo que lamentan realmente los españoles es que sea más importante para los políticos alcanzar el poder que gobernar España.
Todos los partidos se sienten desbordados ante la impotencia frente a los ciudadanos de no haber sido capaces de dar con una fórmula posible para desencallar la investidura y un gobierno. Solo la derecha, la amplia derecha, está legitimada para mostrarse contraria a todo pacto con la izquierda, a pesar del vértigo que supone afrontar los resultados de nuevas elecciones que pueden debilitar a su oferta política al ir divididos.
Las culpas de no haber alcanzado un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos van a quedar repartidas en el seno de la izquierda. Todos los reproches y culpabilidades lanzadas entre partidos no sirven para nada. Los españoles lamentan que los partidos no prioricen alcanzar la tan necesaria estabilidad política que permitiría afrontar con garantías las distintas crisis abiertas que van desde la probable recesión económica europea hasta la gestión de la cuestión catalana.
Si lo observamos desde la óptica de lo que aspira la mayoría de los españoles, veremos que la principal cuestión es resolver, desde la izquierda, la estabilidad política. Pero Unidas Podemos no parece dispuesto a contribuir como ha demostrado elección tras elección.
En todas las elecciones anticipadas se corre el riesgo de degradar la situación política y poner en marcha un doble juego dramático de progresión o regresión de un país, como en su día advirtió el filósofo Edgar Morin aplicado a la situación política mundial.
Morin advertía que el conflicto entre Idealpolitik y la Realpolitik debe observarse desde la siguiente óptica: “Muy a menudo se subordina la política ideal a la política real. Pero se debe entender que a la inversa es imposible”.
Los partidos no deberían olvidar que lo que está en juego no es mantener el antagonismo entre derecha e izquierda
En la situación política española, partidos como Unidas Podemos buscan el camino imposible de imponer sus ideales políticos, no al PSOE, sino a la realidad, sin percatarse de que su proyecto no solo no es mayoritario sino que, además, se encuentra en retroceso.
Muchos españoles son más conscientes que sus políticos de que en España aún existe una clase media que aspira a no ser derrotada, como lo ha sido en Francia o el Reino Unido. Como bien explica Christophe Guilluy en su ensayo No sociedad, el fin de la clase media occidental, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen no cesa de crecer gracias a la caída de la clase media.
La clase media española, que es la que más se lamenta, sabe que cada nueva crisis política cierra posibilidades de reconducir la crisis económica que es la principal causante del ascenso del nacional populismo en Europa y de su posible desaparición.
La forma de evitar verse desplazados hacia la periferia social y económica es lograr que en España se consiga una pronta estabilidad política que ponga en marcha las reformas necesarias para reconducir la situación económica y territorial española.
Ahora que sabemos que se nos convoca de nuevo a votar los partidos no deberían olvidar que lo que está en juego no es mantener el antagonismo entre derecha e izquierda, sino gobernar o no gobernar España.
El objetivo de muchos votantes, si se les vuelve a convocar, será concentrar su voto, no tanto en los partidos responsables de volver a convocar elecciones, sino en aquellos que puedan garantizar intentar crear las condiciones para la estabilidad política que, no hace mucho, era prioridad inequívoca de la política real.