Las tiendas Textura vuelven a refinanciar sus deudas

La cadena Textil Textura, de Barcelona, cerró 2013 con un resultado negativo de 1,61 millones de euros, muy similar a los 1,69 millones del año anterior. Se trata del cuarto ejercicio consecutivo que salda con números rojos. Este cuatrienio negro ha dejado en el balance la secuela de un déficit de 5,3 millones pendientes de compensar, que reducen el importe de los recursos propios a 3,2 millones.

Al estallar la crisis, la firma se vio en la necesidad de refinanciar sus deudas bancarias, cifradas en 7,4 millones, para acompasarlas a la nueva realidad del mercado, caracterizado por el desplome del consumo. El acuerdo con la banca se acompañó de un nuevo plan de negocio más realista.

Pero la demanda siguió en declive y Textura incumplió algunas de las condiciones pactadas con las entidades crediticias. En septiembre último hubo de negociar otra vez sus pasivos y logró extender el vencimiento hasta 2018.

La empresa está apostando por ampliar su red de tiendas franquiciadas y por reforzar su web para llegar a zonas donde no tiene presencia física. Del lado de los gastos, se ha revisado toda la política de compras para comprimirlos al máximo.

Textil Textura dispone de sesenta tiendas que ofrecen ropa de hogar y complementos con las marcas Textura Interiors y Textura Baby. Ambas enseñas gozan de dos fortalezas: una excelente relación calidad/precio y una constante innovación de los diseños propios.

Textura se fundó a finales de los años setenta por iniciativa de Carlos Manchón Grimalt e Isabel Criado Samora. En 2005, este matrimonio recibió una oferta irresistible de un fondo de capital riesgo de BBVA, no se lo pensó dos veces, y propinó un pelotazo de casi 20 millones de euros.

BBVA planeaba engordar la empresa y, a la primera oportunidad, dar el pase a un tercero. Pero la crisis truncó semejantes planes. Dentro de poco se cumplirán diez años de la presencia del banco vasco en el capital de la firma catalana.