Las siete vidas de Junts
A lo largo de décadas Convergencia ha pasado todo tipo de crisis, unas vinculadas a la corrupción, otras a perder el poder
Nada es más español que Junts per Cataluña, hasta hace cuatro días Convergencia i Unió. Convergencia permitió gobiernos de Felipe González, invistió a Aznar, tuvo en Miquel Roca a un padre de la constitución que luego fue abogado de la infanta Cristina en el caso Noós.
Uno de sus más ilustres militantes, Félix Millet, el mismo que expolió el Palau de la Música y financió ilegalmente a CDC, fue miembro del patronato de la delegación catalana de FAES. Convergencia incluso montó un partido para ganar la presidencia del Gobierno de España, el PRD, que tuvo de secretario general nada más y nada menos que a Florentino Pérez.
A lo largo de décadas Convergencia ha pasado todo tipo de crisis, unas vinculadas a la corrupción, otras a perder el poder. En los 80′ parecía que la quiebra de Banca Catalana que dirigía Jordi Pujol iba a llevarse por delante a Convergencia pero no fue así, salió reforzada.
Luego Convergencia perdió el poder a manos del Tripartit, un trio formado por socialistas, republicanos y neocomunistas que abandonó el poder tras arruinar las finanzas públicas catalanas, para que -como siempre- volviera Convergencia. Ni la sentencia del caso Palau, el reconocimiento por parte de Pujol de que tenía dinero en el extranjero o la condena por corrupción en el caso de las ITV del hijo preferido de Pujol pudo con Convergencia.
En cualquier lugar del mundo si un dirigente político da un golpe de estado contra sí mismo, estando en el poder, no puede volver a salir de casa o de la cárcel el resto de su vida, en el caso de Puigdemont, líder de la renombrada Convergencia, no solo no se tuvo que avergonzar de nada sino que tras dejar tirados a todos sus comilitantes y compañeros de gobierno regional, huyendo al extranjero, ¡ganó unas elecciones!
Ahora, tras el suicidio de Convergencia en forma de votación de sus militantes donde han decidido pasar del cielo del poder al infierno de la oposición, cualquiera puede tener la tentación de pensar que Convergencia está acabada. Pero ¿Verdaderamente asistimos al final de Convergencia? No.
En realidad todas las noches Pere Aragonès sueña con ser Pujol, pero les une la estatura física, no la política. Al igual que Pujol fichaba a socialistas, populares, republicanos y a todo político dispuesto a pasarse a su partido a cambio de probar las mieles del poder y salir del ostracismo Aragonès ha incorporado a su gobierno a socialistas, convergentes y podemitas.
Si Trias se presenta y gana la Alcaldía de Barcelona, Cataluña dará un paso más a la catástrofe
Convergencia siempre tiene una bala más en la recámara y más vidas que un gato. Convergencia, como el PNV, tenía un sentido institucional de la política, corrupto y supremacista, pero institucional. Esa Convergencia institucional sobrevive hoy en el Congreso de los Diputados en los cuatro parlamentarios del PdeCat, fieles aliados de Pedro Sánchez.
Convergencia siempre tiene una partida extra. Su última esperanza es Xavier Trias. El exalcalde había comprometido ya su palabra como candidato a la Alcaldía de Barcelona. Trias exigía manos libres para confeccionar su equipo y que Junts permaneciera dentro del gobierno. Aunque Junts haya salido del gobierno catalán Trias está decidido a presentarse, todos los poderes fácticos catalanes, nostálgicos de los tiempos de Convergencia en los que todo era previsible y tarifable, le han prometido su apoyo y él no les quiere defraudarles.
Si Trias se presenta y gana la Alcaldía de Barcelona, Cataluña dará un paso más a la catástrofe al poner al frente de la alcaldía a un militante de un partido que llevo a Cataluña al precipicio de la separación unilateral e incendió Barcelona durante las noches de fuego posteriores a la sentencia del Supremo relativa al juicio a los políticos sediciosos pero eso que más da, lo importante es que Convergencia recuperaría poder, mucho poder. En el mundo casi nadie conoce Cataluña pero ¿Quién no conoce Barcelona?
La nueva vida de Convergencia pasa por la Alcaldía de Barcelona, si Junts la conquista de la mano de Trias el Palau de la Generalitat, al otro lado de la Plaza de Sant Jaume, volverá a estar a su alcance.