Las micro crisis catalanas
El independentismo catalán adopta la técnica del erizo: lograr más tiempo con la esperanza de que una nueva crisis permita alcanzar una república
El independentismo político catalán se centró durante 2017 en generar una macro crisis, consumada el 1 de octubre, con el fin de celebrar en Cataluña la deseada república pero sin cruzar el umbral que certificara romper definitivamente con España.
En 2018, la estrategia se ha basado en provocar una micro crisis como la del 21 de diciembre para protestar en contra de celebrar el Consejo de Ministros en Barcelona y así mantener la tensión. Estas micro crisis recuerdan la estética tan española que supuso el partisanismo, basada en crear emboscadas contra los ejércitos regulares y huir a refugiarse en el bosque a la espera de un nuevo ataque.
Micro crisis, entre otras, han sido la anunciada huelga de hambre de algunos líderes independentistas, las actuaciones consentidas, cuando no alentadas, a los CDR, las movilizaciones sociales contra el Consejo de Ministros, y serán micro crisis los juicios televisados, elecciones municipales y europeas, el veredicto a los acusados y los constantes encontronazos en las Cortes con el gobierno español.
El objetivo de este cambio de escala, de macro a micro, se debe a la necesidad de mantener tensionado a su electorado, esperando que alguna de las micro crisis provocadas obligue a Pedro Sánchez a una reacción equivocada.
Contra España se puede seguir en el poder, crecer y disputar la hegemonía del independentismo
Tan desmesurada que provoque que “el pueblo» se levante contra ellos e intentar dilucidar, en cada micro crisis, quién sigue militando en las virtudes republicanas o quién se ha pasado a colaborar con el gobierno español para señalarlo como traidor a la causa.
La idea política que subyace en la praxis de la estrategia elegida es que es mejor estar contra España que fuera de España. Fuera de España implica perder el horizonte europeo, juicios continuos, falta de recursos económicos, fractura social y la incertidumbre de que tras tanto ansiar la república se acabe sin nada.
Contra España se puede seguir en el poder, alimentarse del plancton que va dejando tras de sí la retórica encendida de la derecha patriótica para ir creciendo y disputarse entre el Pdecat, la Crida y ERC la hegemonía del independentismo de urnas autonómicas.
El salto de las macro crisis del 9 de octubre y 1 de octubre a las micro sugiere la implantación de la estrategia propia del erizo, basada en conseguir más tiempo para crear las nuevas condiciones para que una nueva crisis permita alcanzar la república.