Las medidas del Gobierno hunden el beneficio de Laboratorios Ferrer
Los laboratorios farmacéuticos atraviesan una época erizada de dificultades. Además de la crisis económica imperante, les afectan en particular las medidas de ahorro impuestas manu militari por el Gobierno a los servicios sanitarios públicos. Una de sus consecuencias son las sucesivas rebajas que aquellos han venido aplicando a los precios de los medicamentos que financian.
Tales recortes, los más draconianos que se recuerdan, han llevado a muchas empresas del sector a replantearse sus inversiones en investigación y desarrollo. Catalunya ocupa históricamente un lugar destacado en este campo, gracias al notable plantel de industrias del fármaco que cobija.
Uno de los líderes del ramo, Grupo Ferrer Internacional, acusa el impacto en un doble frente: estancamiento de las ventas y fuerte reducción de los excedentes. El daño se está paliando en parte gracias al portillo de la exportación, que ya aporta el 50% de los ingresos. Para ello cuenta con una ramificada red exterior de filiales propias, sitas en Alemania, Francia, Bélgica, Portugal, Grecia y China, más una docena de países de América.
El conglomerado pertenece a Sergio Ferrer-Salat desde la súbita muerte de su padre Carlos. La firma facturó 577 millones en 2012, una suma similar a la del año precedente. En cambio, los resultados se desplomaron de 24 a 10 millones, con un flujo de caja de 33 millones.
José Vilarasau Salat, tío de Sergio Ferrer-Salat, posee de antiguo el 1% de Grupo Ferrer y ocupa una plaza en su consejo de administración desde que dejó la presidencia de La Caixa.