Las luces del independentismo ‘freakie’
Si hay alguien que merecía ser candidato a un escaño en el Parlamento Europeo era el profesor Terricabras. Es el mérito a la constancia en la argumentación doméstica. ERC ha temido el acierto de nominarlo y su estreno dialéctico ha logrado superar de nuevo los límites del discurrir lógico.
Peculiar distinción para quien administra el legado del filósofo Ferrater Mora, cuyo rechazo al independentismo fue tan constante como la ilógica freakie del profesor Terricabras, más conocido por sus excesos de tertuliano que por un sistema filosófico propio.
Ya sabemos que un licenciado en Historia no es lo mismo que un historiador, ni un licenciado en Derecho ya es de por si un abogado. Tampoco un profesor de filosofía tiene por qué ser un filósofo. Si, en todo caso, es un ciudadano y eso representa derechos y deberes, tanto para el filósofo como para el profesor de filosofía.
El profesor Terricabras ha declarado que cree en la unidad del ser humano y no en que sea normal que los ciudadanos actuales tengan muchas identidades simultáneas. Pero lo que vemos todos los días es que uno puede tener las identidades que asuma o elija, según sus modos de pertenencia.
En el caso de Catalunya, lo más certificable son las identidades compartidas. El profesor Terricabras solo quiere tener una. Esa es su forma de identidad, tan legítima como la de los ciudadanos de Catalunya que se sienten a la vez catalanes y españoles.
Sin embargo, para el profesor Terricabras las identidades compartidas no son tan legítimas como la suya. Ha dicho que el caso de la múltiple identidad “hasta hace poco lo trataban los psiquiatras” y todavía lo tratan.
Frente al derecho a la diferencia, Terricabras propone la asistencia psiquiátrica. Puede deberse a un arrebato oratorio, pero no deja de ser curioso en alguien que cotiza por su tarea de enseñar a pensar.
En una sociedad plural, se hace difícil aceptar que lo diverso pueda ser considerado como una amenaza para la comunidad. Pero es que –según el argumento del candidato republicano– por el solo hecho de existir pone en riesgo la esencia de tal comunidad, que es ser la única comunidad verdadera.
En su discurso electoral, profesor Terricabras ha insistido: “Además, me pregunto: si con una identidad ya tenemos fatiga, ¿cómo esperamos salir adelante con muchas identidades corrientes o, a veces, discrepantes?». También la fatiga es un derecho, del mismo modo que es un deber del pluralismo respetar la entidad única y excluyente del profesor de filosofía de ERC.
Hasta ahora, los profesores de filosofía acostumbraban a dedicar un buen número de clases a explicar el significado y los usos de la racionalidad. Según parece, el independentismo opta a un escaño europeo afiliándose a la catastrófica identidad irracionalista