Las guerras de la memoria

La enmienda de la Ley de Amnistía que impulsa Podemos busca, en realidad, mantener activo un espacio de disputa que sirve para seguir viviendo de él

La batalla de interpretaciones lanzada por Unidas Podemos al PSOE para determinar el alcance legal de la ley de Amnistía de 1977 no es más que el colofón de un proceso que todo el mundo sabía que llegaría a producirse. La batalla de interpretación va a servir para incidir de nuevo en la opinión pública, por parte de Unidas Podemos, sobre la necesidad de juzgar los crímenes de guerra del franquismo pero también es una enmienda a la totalidad sobre la legitimidad política y moral de las bases que construyeron la transición política español.

El proceso, una vez abierto, pretende cuestionar hasta cierto punto el régimen de monarquía parlamentaria y avanzar en una definición del pasado sustentada desde una revisión republicana. Este nuevo frente político abierto por Unidas Podemos expresa la enorme dificultad para establecer grandes acuerdos y reformas de país cuando no hay ni el mínimo consenso sobre el pasado.

Buscar con esta enmienda acabar con “la impunidad de los crímenes franquistas” cuando solo pueden ser juzgados si son cometidos después de 2003, según establece la justicia internacional, refleja que el objetivo real está en clave electorales y la lucha por el relato sobre el verdadero alcance de la transición. Félix Bolaños lo aclara: “no podemos establecer una norma en el año 2021 que se aplique a actuaciones que se realizaron entre el año 70 y el 72”.

La voluntad de Unidas Podemos de cuestionar la transición bajo la interpretación de que se puede llevar a juicio a los responsables de los crímenes cometidos por el franquismo es mantener tensionadas a sus bases y defenderse para evitar convertirse en una fuerza política asimilada por el sistema al que supuestamente combaten.

Lo que se persigue es la reconstrucción, la enmienda y la transformación de la memoria colectiva, más allá de la acertada condena al franquismo y sus abusos, para favorecer y mantener activo un espacio de disputa que sirve para seguir viviendo de él.

La interpretación de la ley de Amnistía de 1977 debe ser comprendido en los términos que planteó el escritor e historiador David Rieff en su ensayo Elogio del olvido cuando observa: “un exceso de historia crítica puede menoscabar el consenso sobre lo que una sociedad necesita recordar y lo que necesita olvidar si se ha de mantener su cohesión y el sentido de solidaridad mutua de sus ciudadanos y, lo que es más relevante, su lealtad al Estado”.

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