Las gasolineras fundadas por Gadafi vuelven a ganar dinero
La sociedad Tamoil España, de l’Hospitalet de Llobregat, facturó el pasado año 57 millones de euros y declaró un beneficio neto de 263.000 euros. Las magnitudes del ejercicio anterior fueron 110 millones de giro y 2,2 millones de pérdida.
La notable diferencia de los ingresos se debe a que Tamoil abandonó definitivamente el negocio comercial mayorista, para centrarse en la distribución de carburantes al por menor, mediante sus estaciones de servicio. Tal actividad ha tenido un comportamiento mejor que el promedio del mercado, pues el volumen de combustibles vendidos creció un 3,3%, frente al descenso del 3,27% que experimentó el sector.
La red de Tamoil consta de 23 gasolineras, de las cuales 19 son propias y otras 4 funcionan en régimen de abanderamiento. Una de las iniciativas que la empresa tiene entre manos reside en automatizar sus centros de venta. El año pasado la reconversión afectó a 9 de ellos y se prevé seguir por el mismo camino con el resto.
Tamoil se fundó en 1991 por impulso del Gobierno libio, a la sazón encabezado por el dictador Muamar Gadafi. La compañía ha padecido crónicos problemas de rentabilidad, prácticamente desde su constitución. El saldo acumulado en su cuarto de siglo de presencia en España arroja un quebranto superior a los 30 millones de euros, que se cubrió mediante sucesivos recortes y ampliaciones de capital de Tamoil. La última operación de este estilo la acometió el pasado mes de abril, cuando el capital se redujo de 10,8 a 7 millones a fin de restaurar el equilibrio patrimonial, que había quedado deteriorado por las pérdidas de 2012.