Las Fallas del Coronavirus

La ocupación hotelera prevista para este año durante las Fallas alcanzará, si no se suspenden o hay cancelaciones, el 90% de su capacidad.

El fantasma de la suspensión de las Fallas 2020 sobrevuela la mesa del Consejo de Ministros. Hace 20 días, un hombre de 69 años moría en el Hospital Arnau de Vilanova de Valencia como consecuencia, dice ahora la Consejera de Sanitat, de una neumonía. En el Arnau le habían diagnosticado Covid19 y estaba aislado. Lo bajaron a la UCI y falleció. A pesar de ello, Sanitat decidió practicarle una necropsia cuyos resultados, sorprendentemente, han tardado 19 días en conocerse o, mejor dicho, en hacerse públicos. No deja de ser preocupante que el mismo día en el que se conoce la primera muerte por Coronavirus, el presidente de la Generalitat mantenga que el brote en la Comunidad Valenciana “se está conteniendo”.

El Carnaval de Venecia, seis Campeonatos del Mundo de Hockey Hielo, el medio maratón de París, el Mobile World Congress de Barcelona o el Salón del Automóvil de Ginebra, entre otros, son algunos de los acontecimientos multitudinarios que han sido suspendidos como consecuencia del Coronavirus. El Valencia-Atalanta y el Valencia Basket-Armani de Milán se jugarán a puerta cerrada. A menor escala, hace sólo unos días se canceló un concierto de bandas en Benimaclet en el que tenían que participar músicos italianos.

Las Fallas son una de las fiestas más conocidas en el mundo. De hecho, es la fiesta más buscada en Google, incluso por encima de los Sanfermines y de la Feria de Abril de Sevilla. La ocupación hotelera prevista para este año durante las Fallas alcanzará, si no se suspenden o hay cancelaciones, el 90% de su capacidad. No en vano, la ciudad de Valencia y las Fallas se han consolidado como una de los mayores atractivos turísticos nacionales e internacionales, gracias también a su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco. Casi un millón de personas visitan diariamente Valencia durante los días de Fallas y, de estos, 50.000 se congregan cada día en la plaza del Ayuntamiento para ver juntos la “mascletà”.

El impacto de la suspensión de las Fallas, si finalmente se produce, no sólo puede suponer un golpe muy duro para la economía valenciana sino un auténtico mazazo emocional para todos los valencianos. Tan sólo en cinco ocasiones no se han podido celebrar las Fallas. La última vez en 1939. Esta puede ser la primera vez para la mayoría de valencianos. Podremos reponernos. Nos repondremos como nos repusimos a la inundación de octubre de 1957. Lo difícil será recuperar la confianza en quienes nos han estado ocultando que hace 20 días murió en Valencia un hombre diagnosticado con Coronavirus mientras intentaban convencernos de que el brote estaba controlado.

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