Las fábricas catalanas de Louis Vuitton facturan 151 millones
La afamada marca francesa Louis Vuitton inauguró en septiembre pasado una tienda de 500 metros cuadrados en el número 80 del paseo de Gràcia. El grupo cuenta en Catalunya con cuatro plantas fabriles de marroquinería, que acaparan toda la producción de la multinacional en España. Tres de ellas radican en Barberà del Vallès y la cuarta en el municipio gerundense de Campllong, con una plantilla conjunta de 1.150 personas. La más antigua se inauguró en 1990.
En 2002 se instaló la segunda de marroquinería. Hace tres años puso en servicio la tercera, dedicada producir cinturones y accesorios de cuero, que es una referencia dentro del grupo galo. Por fin, a finales de 2011 se completó el acervo fabril con la factoría de Girona, cerca del aeropuerto, que consta 3.000 metros cuadrados y supuso una inversión de 10 millones de euros.
En marzo de 2012, la compañía que gestiona dichos centros, Sociedad Catalana de Talleres Artesanos Louis Vuitton, presidida por Patrick Legrand, desgajó algunas de sus actividades y las concentró en la entidad de nuevo cuño Sociedad de Talleres de Accesorios en Cuero Louis Vuitton. La multinacional designó presidente de esta última a Antoni Rodríguez Peña. La primera se quedó con 960 empleados y el resto de la plantilla pasó a la firma segregada.
En total, ambas compañías facturaron el pasado año 151 millones de euros y lograron un beneficio neto después de impuestos de 10 millones. El excedente se aplicó casi íntegramente a dividendos.
Las fábricas catalanas de Vuitton no venden sus productos al menudeo, sino que transfieren todas sus manufacturas a otras filiales del grupo, que se encargan de la comercialización.