Las demandas de los constructores

La Confederación Nacional de la Construcción (CNC), patronal de patronales del sector, ha vuelto a pedir al Gobierno que invierta en obras. Juan Lazcano, líder de la organización, lo dijo el mes pasado y volvió a repetirlo este domingo.

En ambos casos, este locuaz personaje cifra el dinero requerido en la fruslería de 9.000 millones de euros y calcula que se podrían crear 200.000 puestos de trabajo. Como el Ejecutivo no tiene un céntimo en caja, Lazcano, sin arredrarse, propone que se articule un crédito extraordinario de 9.000 millones, y santas pascuas. Así de fácil.

Con semejante demanda, la CNC arrima el ascua a su sardina con todo el desparpajo del mundo. Porque, puestos a pedir, también podrían solicitar al Gobierno que invierta en su sector los fabricantes de zapatos, de lámparas o de tornillos, por poner tres ejemplos. ¿Acaso los constructores gozan de alguna bula ignota que les hace destinatarios privilegiados del dinero de los contribuyentes?

El Gobierno de Zapatero dilapidó 15.000 millones de euros en el infumable Plan E, batería de obras inútiles que no sirvieron más que para acrecentar la deuda pública.