Las cuentas de Mas, de la antigua Laietana y de Lacalle
Les presento unos datos. En el último trimestre de 2010, la tasa de paro catalana era del 17,98% de la población activa. En junio pasado, del 21,95%. A final del 2010, cuando Artur Mas tomó posesión de la presidencia de la Generalitat, el porcentaje de deuda pública catalana sobre el producto interior bruto (PIB) regional era del 17,3%. A finales del pasado año, el 2011, esa tasa había ascendido al 20,7%. Otro: al cierre de 2010 existían en Catalunya 619.678 empresas, un año después quedaban 611.751. Son cifras del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). Existen algunas más actuales, pero no validadas todavía por un organismo oficial catalán.
Esas cifras, unidas a otras de carácter socioeconómico, como los niveles de pobreza, la renta per cápita, el volumen de fracaso escolar… son las que Mas no ha tenido que justificar ante el pueblo catalán antes de convocar elecciones. Con independencia de la independencia, eso es así. Y no está mal para un gobernante disponer de una coartada tan mayúscula.
Así, nadie hablará de la gestión de la deuda pública y de las emisiones de bonos patrióticos del conseller Mas Colell. Tampoco habrá quien le saque las vergüenzas al departamento de Empresa i Ocupació que ha liderado Francesc Xavier Mena. Liderado es un verbo quizá demasiado benévolo para juzgar la errática, cómica y desnortada gestión realizada estos dos años por uno de los independientes que seleccionó Mas para su Govern.
Y así podríamos seguir hasta completar un largo etcétera de cuestiones relativas a la política que afecta al ciudadanía, a empresas y trabajadores, al bienestar y al civismo, cuestiones que nos ahorramos de debatir en virtud de un objetivo mayor, la política del sentimiento. Nada que decir, Catalunya es así. Y la nueva Catalunya aún acentúa más esa singularidad. Sólo por eso, merece la independencia.
Ya entrados en singularidades, y de retorno a nuestro refugio económico, desde Catalunya se ha castigado a Bankia como uno de los paradigmas de las podridas finanzas de las comunidades dirigidas por el PP. Aunque Caja Madrid, Bancaja y otras de las cajas de ahorros que formaban Bankia traían bicho dentro, los catalanes hemos aportado nuestro granito de arena y, por las últimas informaciones que dispongo, no ha sido poco.
Véase lo que está pasando con todo el antiguo personal directivo de Caixa Laietana. Decapitado del poder el que fuera su director general Josep Ibern, de la caja de Mataró no queda ni el rastro. Están desapareciendo todos los cargos intermedios que se habían integrado en Bankia. Una de las últimas decisiones tomadas por uno de los enviados del Frob es desembarcar en la zona del Maresme y controlar de forma muy directa el negocio.
En efecto, si Bankia falseó ante el Banco de España sus cuentas escondiendo procesos de morosidad en marcha, Laietana se había anticipado y llevaba ya algunos años refinanciando a promotores y otras operaciones inmobiliarias ruinosas que parecían imposibles de recobrar. Según algunas fuentes conocedoras de ese negocio, la morosidad de Laietana superaba, de facto, el 20%. De no haber mediado esas refinanciaciones, la caja hubiera presentado unos números penosos, explican algunos ejecutivos que conocen el estado de esa entidad. Los cambios de ejecutivos son constantes y los ex laietanos están todos fuera de combate.
TRATAMIENTO SEMANAL DE CHOQUE:
> Supositorio matinal: Hablando de cuentas, las que se van a resentir son las del archipopular y conocido Enrique Lacalle, que casa a su hija por todo lo alto el próximo 6 de octubre. Esa boda, de la que habla toda la Barcelona de la Diagonal amunt, ha dividido a la ciudad entre los invitados y los no invitados. Aunque el feriante y antiguo dirigente del PP despierta tantas adhesiones como rechazos, lo cierto es que la convocatoria se ha convertido en todo un acontecimiento social. Por ejemplo, Carles Vilarrubí, vicepresidente del Barça, hombre de Rochstild en España y señor Coca-Cola, como le han bautizado algunos, ha suspendido la cena que organiza cada año en su casa en la víspera del clásico Barça-Madrid y que moviliza a lo más glamuroso de la capital catalana y la capital española. Su amigo Lacalle le ha invitado y el acontecimiento social pasa por encima del futbolístico.
> Supositorio nocturno: Luis Conde y Enric Crous, ayer viernes, compartiendo mesa en el la carpa de Freixenet en el Salón Naútico de Barcelona. Ambos junto a Miquel Valls, presidente de la Cámara, y el hombre que propondrá quién será el nuevo presidente de la Fira de Barcelona. En la misma mesa y aparentemente cordiales. Faltó Lacalle, pero se excusó ante Conde, que ejercí de anfitrión. Los tres aspiran a sustituir a Josep Lluís Bonet en la institución ferial. Pero ya les digo desde este momento y hora, que habrá otro candidato tapado hasta ahora. En breve podré ofrecer más detalles, más allá del nombre, que es lo menos importante. David Madí, Manel Torreblanca, Josep Gual, Rafael Villaseca, Albert Costafreda y el conseller Mas Colell compartieron mesa con ellos. Entre los influyentes sólo faltaba La Caixa. Queda dicho.