Lara y El Periódico

Si finalmente llegan a buen término las negociaciones para que José Manuel Lara se quede con un paquete significativo de las acciones de Ediciones Primera Plana, la propietaria de El Periódico de Catalunya, se habrá puesto fin a dos anormalidades.

La primera, la de que el que probablemente sea el principal empresario español del sector de medios, dueño de diarios (La Razón), televisiones (grupo Antena 3), sellos editoriales, librerías, etc., no tuviera, sin embargo, ningún protagonismo en medios de Barcelona, la sede de su boyante grupo.

En efecto, desde que Lara, junto al conde de Godó y el ICF (Institut Català de Finances), vendiera su participación en el Avui al empresario cárnico Joan Bosch, dueño de El Punt, que a su vez vendería después sus dos cabeceras unidas a Joaquim Vidal, patrono de los supermercados Valvi, y de que cerrara en 2011 ADN, el diario gratuito que fundó en 2006 con grupos españoles de prensa regional, el grupo Planeta carecía de presencia en la industria catalana de la información, contrariamente a la que ha mantenido contra viento y marea en España con el diario La Razón, por ejemplo.

La otra rareza era la ausencia clara de un editor al frente de un grupo editorial de la relevancia, aunque seguramente cualquier tiempo pasado fue mejor, de la de El Periódico. Desde que la muerte en el 2001 del fundador del grupo, Antonio Asensio Pizarro, obligó a su hijo, Antonio Asensio Mosbah, con apenas 19 años a ponerse al frente de las empresas, salvó una etapa de transición dirigida por Francisco Matosas, el grupo ha padecido la falta de interés del heredero por la prensa escrita y los medios de información.

Si conducen a buen puerto las conversaciones entre Lara y Asensio y la operación anunciada se cierra con éxito, El Periódico tendrá de nuevo en su consejo (o al frente) a un editor con peso y experiencia, una figura imprescindible para dirigir un medio.

Pero más allá del interés en sí mismo de esta operación empresarial por la importancia de la cabecera y el protagonismo del comprador, hay detalles que deben ir desvelándose en el futuro y que revelarán seguramente aspectos sustanciosos sobre el porqué de este acuerdo.

No es descabellado pensar que, como informábamos en ED, a esta entrada de Lara en el accionariado de El Periódico no sea ajeno el Gobierno. Las posiciones del editor de Planeta contrarias al proceso secesionista son claras y probablemente una de las consecuencias de la compra sea una reorientación de la línea editorial, en los últimos tiempos zigzagueante y seguidista de las tesis del gobierno de Artur Mas.

La presencia de Lara en el Avui se debió en su momento a una petición de CiU, a la que también respondió el dueño de La Vanguardia, Javier Godó, pero su papel en ese proyecto fue bastante pasivo y le permitía además repartir sus velas entre Dios y el diablo, sin que quede claro cuál de estos personajes sería el Avui y cuál La Razón. Lara va a ser ahora protagonista, y si no al tiempo.

Resultan asimismo llamativas las condiciones económicas que se han hecho públicas: Lara pondría 18 millones en dinero contante y sonante y asumiría 40 millones de deuda y a cambio recibiría un 23% de las acciones. A falta de otra información esto supondría valorar El Periódico (sin otros activos que la cabecera y su plantilla) en 250 millones de euros. Aunque las comparaciones son odiosas, habría que recordar que Bezos compró el The Washington Post y publicaciones afiliadas por algo menos de 190 millones de euros ahora hará un año.

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