La voracidad fiscal de Sánchez
¿Se está forrando el gobierno? Por supuesto que lo está haciendo.
La izquierda, política y mediática, se lanzó a primeros de esta semana contra el Candidato a presidir el Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, cuando dijo aquello de que “ el gobierno se está forrando con la subida de la luz y la gasolina”. No nos engañemos.
Puede que se trate de desgastar al adversario incluso antes de que comience a tomar decisiones al frente del principal partido de este país, pero es innegable que en el fondo hay implícita una voracidad fiscal, la de este gobierno, que no tiene parangón en el entorno internacional y que nos sitúa de partida como el país que más está trasladando a los ciudadanos las derivadas de su nefasta gestión. Por mucho que repitan lo contrario hasta la saciedad, esta escalada de precios de la gasolina y la electricidad no comenzó con la invasión de Ucrania por Rusia, sino que lleva ya sobre la mesa bastante tiempo y los españoles llevan ya meses sufriendo unas escaladas de precios inasumibles ante la inacción de nuestro gobierno, el único que no ha hecho nada en este sentido en todo el entorno internacional.
¿ Se está forrando el gobierno? Por supuesto que lo está haciendo.
Los Presupuestos Generales del Estado para 2022 preveían un escenario macro en el que el precio del barril de Brent se situaba en los 60,4 dólares/barril, cuando en el mes de marzo se ha llegado a cerrar en el mercado diario con algún precio que superaba el doble de ese valor. Mientras, los 42.904 millones que esperaba ingresar el estado por el IVA en 2022 o los 5.908 millones que ingresaría por el impuesto de hidrocarburos o también los 172 millones de euros por la electricidad se han visto superados por la realidad, y es la propia AIREF la que está cifrando entre 3.000 y 3.500 millones de euros los ingresos adicionales del Estado por el incremento del precio de los carburantes mientras los expertos aumentan esa cifra hasta los 5.000 millones de euros si se tiene en cuenta en su conjunto los efectos de la inflación en toda la cesta de la compra.
¿ Y qué hace el Gobierno de España ante la crisis de inflación? Lo dicho, forrarse.
Se podrá pintar como se quiera, se podrá hablar de la parte de recaudación que llega a las Comunidades, muy bien. Pero mientras gobiernos de nuestro entorno como Francia, Italia, Portugal o Polonia plantean abiertamente ya reducciones a la fiscalidad de los productos energéticos que más están encareciendo la lista de la compra, en España pese a un amago inicial y tras comprometerse a estudiarlo en la Conferencia de Presidentes, la sensación y las declaraciones de los Ministros es que, primero se va a actuar tarde como siempre porque se va a esperar hasta finales de marzo cuando el problema lo tienen los españoles hoy y ahora, y ya lo tenían ayer, y segundo se están buscando medidas de todo tipo con tal de no rebajar los impuestos y reducir su recaudación.
Ello llevará consigo que la inflación subyacente también suba arrastrada por los precios de los combustibles que en febrero se incrementaron en un 52,3% y un 80% la electricidad
La voracidad fiscal de Sánchez, que ya quedó claramente diseñada en el libro blanco de fiscalidad que el Gobierno hizo suyo y que supone subidas generalizadas de impuestos, queda expuesta en todo su potencial con esta negativa a rebajar los impuestos a los combustibles y a la electricidad, dimitiendo de su obligación de contener los precios. Ello llevará consigo que la inflación subyacente también suba arrastrada por los precios de los combustibles que en febrero se incrementaron en un 52,3% y un 80% la electricidad.
Con este escenario la única alternativa es la bajada temporal de impuestos de forma inmediata, bajadas en el IVA de la gasolina y el gasoil al 4%, recortes en el impuesto especial de hidrocarburos de forma excepcional y temporal y rebajas en el IRPF para que las familias puedan seguir consumiendo. Todo ello junto con la renuncia del Gobierno a aplicar las subidas a los impuestos a los hidrocarburos que anunció en el libro blanco, y de forma urgente, debe servir de escudo para los españoles de manera temporal mientras la situación geoestratégica se normaliza.
Esta es la solución urgente que esperan los españoles del gobierno, pero saben de sobra de la voracidad fiscal de su gobierno, de la voracidad de Sánchez y Montero. Y si no lo saben, ya lo sufren cada día.