La vía inglesa de Rajoy

La sucesión de los hechos ante la DUI dibujan cuatro escenarios que guardan un paralelismo con el referéndum escocés

Hay una interesante simetría entre el proceso del referéndum legal escocés y el proceso del referéndum ilegal catalán. Si nos abstraemos del hecho diferencial de que el gobierno de David Cameron aceptó y propició el referéndum escocés y Mariano Rajoy ha combatido el catalán, veremos que hay algunas iniciativas políticas muy parecidas en la resolución  del conflicto, que permiten dilucidar en qué punto nos encontramos del desafío catalán.

Fase I. Principio de realidad

La independencia tiene un coste pero también lo tiene acercarse a ella aunque no se halla declarado. En Escocia, bancos como Royal Bank of Scotland, Lloyds & Barclay, la petrolera Shell  y la aseguradora Standard Life anunciaron públicamente sus planes de contingencia para marchar en el caso de que Escocia decidiera independizarse del Reino Unido. En Cataluña el anuncio se ha convertido en una realidad con la marcha de las principales empresas del IBEX 35 de Cataluña.

Fase II. Están solos

La independencia no tiene apoyos internacionales; en el mejor de los casos, simpatía desde alguna cancillería europea. Con un referéndum legal, Escocia vio cómo Europa protegía la integridad del estado del Reino Unido. El entonces presidente del ejecutivo comunitario, el portugués José Manuel Durao Barroso, declaró que resultaría extremadamente difícil, sí no imposible, que Escocia pudiera reingresar en la UE. En el caso catalán, el “extremadamente difícil”· se convierte en imposible ya que sería un mal precedente para toda Europa por su efecto contagio.

Fase III. Permanezcamos juntos

Tanto en Escocia como en Cataluña, los contrarios a la separación han impulsado campañas y manifestaciones para visualizar que no había una sola Cataluña ni una sola Escocia. Personalidades como David Beckham, Mike Jagger, Paul McCartney e incluso la escritora J.K Rowling donaron un millón de libras a la campaña del No. En Cataluña, Isabel Coixet, Javier Cercas, Juan Marsé, o Joan Manuel Serrat han declarado los peligros que encierra una ruptura con España apoyada por un referéndum ilegal.

Fase IV. La Monarquía habla

Isabel II, cuando los resultados arrojaron la derrota del independentismo, lo hizo para apelar a la reconciliación en Escocia tras el referéndum; Felipe VI, cuando el independentismo se felicitaba por el éxito del referéndum ilegal del 1 de octubre, lo ha hecho para mostrar su repulsa al independentismo de hechos consumados y posicionándose para proteger a los catalanes/españoles de la presión independentista.

En ambos casos, los dos monarcas proclamaron un discurso a la Nación tras celebrarse el referéndum.

Fase V. Reconocer la derrota

En el caso escocés se negoció y se firmó un acuerdo, donde Escocia ganaba más autogobierno. Se hizo rápidamente para evitar la profundización de las divisiones que vivía la sociedad escocesa. En el caso catalán, el presidente del gobierno español exige  al presidente del gobierno de la Generalitat enviar una carta reconociendo que no se proclamó la independencia para iniciar y establecer las vías de diálogo, y ahora avanzar las elecciones autonómicas aunque se declare la DUI que no tendrá ningún efecto.

Como decía al inicio del artículo, si hacemos abstracción del hecho de que un referéndum fue legal y el otro ilegal, de que Cameron tomó la iniciativa de celebrar el referéndum y Rajoy la ha evitado siempre y de que el Reino Unido dio una batería de mejoras verificables y acordadas con Escocia mientras que España espera la resolución definitiva del conflicto para establecer lo que puede ofrecer, podemos constatar que hay un mismo patrón en su forma de actuar. Lo importante, en todo caso, es observar que el  referéndum legal  escocés trajo consigo mejoras para Escocia y que el referéndum ilegal catalán va a traer mejoras para España, con la reforma de la Constitución y el debate territorial. Toda una paradoja.  

Director de la Fundación Romea para las Artes escénicas.
Fèlix Riera
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