La vía de Miquel Iceta

La vía Iceta provoca paradojas: si la unidad es del independentismo es un acto patriótico y si la propone y consigue la tercera vía es un acto impuro

Resulta paradójico que la llamada unidad independentista se rompa en estas las elecciones y la llamada tercera vía, hasta ahora un archipiélago de plataformas, asociaciones y partidos políticos, hayan conseguido ir juntos. La unidad de todos los catalanes parece ser mejor encarnada por aquellos que quieren reconducir la política a la normalidad democrática que por aquellos que pretenden seguir apostando por la ruptura.

El largo proceso ha provocado el fraccionamiento del independentismo sin que ANC y Òmnium puedan evitarlo. Mientras que ERC busca dar forma a una mayoría de izquierda favorable al referéndum legal sin perder el horizonte independentismo, el Pdecat, apuesta hasta el último minuto por la unidad, mediante la vía de un liderazgo carismático de Puigdemont, y la CUP quiere avanzar sola para verificar las intenciones de unos y otros. Cuando la tercera vía parecía no tener espacio político, el PSC, con Miquel Iceta al frente, ha sabido ampliar su base política para darle orientación y sentido.

La propuesta de Miquel Iceta es el primer intento para cambiar la suerte de Cataluña

La incorporación de Units per avançar  de Oriol Molins, Carles Losada e Ignasi Rafael ha acertado al proponer a Ramón Espadaler y a Montse Surroca para formar parte de las listas del PSC. No debemos olvidar que Unió Democràtica de Catalunya, liderada por Duran i Lleida, fue apoyada por plataformas como Sentit Comú, Catalans pel seny o Construim, que vieron en UDC una vía sólida para el acuerdo.

El  acuerdo planteado por Miquel Iceta tiene  a favor una idea simple: la unidad civil y superadora de las ideologías por el bien común. La propuesta del PSC es clara: es el momento de recuperar el espacio del catalanismo abierto, moderado y social para ayudar a recobrar la cohesión social en Cataluña. La crítica vertida por algunos al constatar la capacidad de Miquel Iceta de sumar a Federalistes d’Esquerra, Societat Civil, Portes Obertes al Catalanisme y personas provenientes de Izquierda Unida permite desvelar hasta qué punto los críticos tienen dos vara de medir en base a sus intereses; si  la unidad es motivada por el independentismo es un acto patriótico y si la propone y consigue la tercera vía es un acto impuro. 

La vía de Iceta permite situar el debate en la recuperación de las instituciones catalanas

La propuesta del PSC es el primer intento para cambiar la suerte electoral en Cataluña, en los últimos tres años, atrapada en los antagonismos y el enfrentamiento, para evitar la reedición del proceso, el llamado proceso segunda parte. La propuesta planteada por PSC permite situar el debate electoral en la recuperación de las instituciones catalanas, dar continuidad al papel del catalanismo modernizador de Cataluña y de España, retomar la capacidad de  influencia en Madrid para impulsar la reforma de la Constitución y facilitar la reconciliación que deje atrás la fractura social.

Nada escandaliza y preocupa más al independentismo político que la posibilidad de que la unidad del pueblo de Cataluña no pase por ellos. La lista propuesta por la tercera vía es un espacio para dar sentido a la “vía del acuerdo” donde “en definitiva, el asunto es generar otra convicción, la que aglutina voluntades en torno a un proyecto común“ como advierte Miquel Iceta en su libro La tercera vía, puentes para el acuerdo

Director de la Fundación Romea para las Artes escénicas.
Fèlix Riera
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