La verdadera condena de Núñez, Huguet, Abella, Bergua, Pernas, Lucas…

Hace 21 años, en la Barcelona que meaba colonia y salía de los fastos olímpicos, un grupo de inspectores de Hacienda y un empresario de la construcción cometían cohecho. Les hablo de hechos probados, sentenciados, y no de conjeturas u opiniones.

Hace 12 años y medio se destapó la trama y se inició la investigación. Ahora, todo ese tiempo después, el Tribunal Supremo ha fijado las condenas de los implicados y de su entorno. A Josep Lluís Núñez y a su hijo se les ha reducido de forma notable, a dos años y dos meses, de modo que está por ver si eso tiene algún tipo de traslación con la reducción efectiva de libertad.

A Josep Maria Huguet, entonces jefe regional de la inspección de Hacienda, le han caído seis años y diez meses de prisión. El resto de inspectores implicados encaran penas muy diferentes: Manuel Abella (seis años y seis meses de prisión y dos años de suspensión de empleo o cargo público); Roger Bergua (dos años de cárcel); Álvaro Pernas (dos años de cárcel); y Juan José Lucas (54.000 euros de multa).

Hace 21 años de todo y el proceso judicial ha sido lento y caótico. Así lo dice el alto tribunal en la resolución de los recursos que presentaron 13 de los encausados. Habla de “dilaciones indebidas” y critica que se aunaran siete procesos en uno sólo por parte de las instancias judiciales que trataron el tema en Barcelona.

Al final, lo que el Supremo critica es la verdadera sentencia impuesta a los protagonistas. El tiempo que la justicia ha tardado en sustanciar un asunto tan antiguo. Los condenados han pagado no una, sino varias penas de Telediario. Y, con independencia de lo que se merezcan o no, la justicia es aún en España y en pleno siglo XXI lo que Pedro Pacheco acuñó hace ya muchos años: “un cachondeo”. Lamentable, pero real.