La ‘vendetta’ naranja de Pedro J.
El mismo día que se celebraba el debate sobre el estado de la Nación en las Cortes, Pedro José Ramírez Codina, uno de los mejores periodistas españoles de la historia, presentaba en sociedad su proyecto de medio de comunicación. La coincidencia no es gratuita. Nada de lo que haga Pedro J. lo es, de hecho.
El digital que impulsa se llamará El Español. Hace unas semanas, su fundador me contradijo en Twitter cuando expliqué que no será un periódico, sino un medio de comunicación, con un sentido diferente al usual en la industria. No tiene mayor importancia ni la precisión ni la nomenclatura, pero sí su finalidad última.
El diario, el medio o el digital de Pedro J. saldrá a la palestra poco antes de las elecciones catalanas. Será por su segundo apellido o por vocación ideológica, pero su promotor hace tiempo que tiene claras algunas cosas sobre el contencioso catalán. Ni le gusta el nacionalismo que ha gobernado durante años ni siente la más mínima adhesión con respecto a quienes lo han representado, sean los Pujol o el más reciente Artur Mas. Desde el diario El Mundo los ha combatido sin mayor escrúpulo, convirtiéndose en una especie de martillo de herejes que sobresalía sobre una prensa catalana mayoritariamente adormecida, subvencionada o, más sencillo todavía, anestesiada.
Estará, pues, presente en la campaña electoral a las próximas elecciones catalanas y, luego, de las generales. Debe de tener a todo su equipo trabajando a contrarreloj para lograrlo. A Pedro J. le interesa que El Español tenga una presencia contundente y prescriptora en lo que pase en las urnas cuando Mariano Rajoy decida convocar los comicios.
Rajoy es uno de sus monstruos. Intentó cargárselo con los SMS de Bárcenas, los sobres y los sobresueldos y, en definitiva, la galopante corrupción del PP. Le apodó Estafermo y le ha criticado desde su desencuentro político con voraz ensañamiento. Sin defender a Rajoy, algún asesor de comunicación debiera haberle alertado de que si hubiera visto una procesión de Semana Santa desde el mismo balcón que el periodista (como hizo José María Aznar) le hubiera ido mejor. Incluso el inocente José Luis Rodríguez Zapatero le concedió su primera entrevista nada más ser investido presidente en 2004, lo que permitió mantener un idilio relativo después durante un tiempo prudencial.
Que a Pedro J. no le guste Rajoy no es ni tan siquiera original. Rajoy no gusta a muchos españoles y a otra buena parte les da lo mismo. No es un político que despierte liderazgo ni adhesiones especiales. Más bien, lo contrario. Y en ese grupo se halla el sagaz periodista, dispuesto a darle donde más le duela al político gallego. ¿Qué incomoda hoy al PP? ¿Por dónde puede conseguir herirle y reventarle las costuras demoscópicas? Sin duda por un electorado hastiado de la corrupción, dispuesto a votar otras opciones de orden, pero dispuestas a darle una vuelta a la sociedad, a su democracia y a sus instituciones.
Pedro José apoyará a Ciudadanos como nadie. El partido naranja es una amenaza para el PP en Madrid y en el resto de España similar a la que supone Podemos para el PSOE e IU. Con el programa del partido de Albert Rivera golpeará a los populares hasta que les sangre el carnet de identidad. Les insistirá en la regeneración que ya pide desde sus artículos periodísticos y les afeará todas las conductas que no vayan en la línea liberal de los anaranjados partidarios. Podríamos explicar más cosas, pero para entender qué será El Español es suficiente con entender estas coordenadas, aplicarles una dosis de modernidad y de patriotismo no casposo y la pócima queda elaborada.
Pedro J. pasa así al ataque. Lanzará su particular vendetta contra el PP y contra el poder fáctico que constituyen las empresas del Ibex 35, que también apoyan la opción novedosa del equipo de Rivera. Que pusiera de largo su proyecto mediático en Madrid a la par que se celebraba el debate parlamentario más importante del año no es gratuito. Es la primera parte del robo de protagonismo, el anuncio, la advertencia de que se inicia la venganza que ha puesto en marcha contra el político y el partido que lo desalojó de un cargo de director que consideraba vitalicio. Lo veremos en breve. Pidan todos su localidad, será divertido.