La vendetta de Trias
Los años gloriosos de Colau cuentan con bastantes más posibilidades de desaparecer por el desagüe de la historia
No se hagan ilusiones, Xavier Trias no se presenta para ser alcalde, algo imposible como más abajo se razona. Tampoco para devolver a Junts a la senda pragmática que nunca debería de haber abandonado. Se presenta con la finalidad de devolverle la pelota a Ada Colau.
No de otro modo debe interpretarse la más contundente y significativa entre las múltiples declaraciones de inicio de precampaña. En caso de no ganar, que tiene muchas probabilidades de ser el caso, Trías apoyará al que obtenga mejores resultados entre ERC y PSC. Jamás a Colau, claro.
Un sencillo, expeditivo y limpio modo que no tiene nada que ver con las malas artes que contribuyeron a quitarle la silla. De esta manera, el vencedor del pulso entre los rivales, ya repita victoria Maragall, ya le adelante Collboni, contará de entrada con un extra, de entre pongamos seis u ocho concejales, de modo que su acceso a la alcaldía estará prácticamente cantado.
Puede que no llegue a necesitarlos, porque se huele a la legua un pacto entre ERC y PSOE para repartirse el cartapacio municipal de Barcelona. En cualquier caso, la aspiración de Trias, cargarse a Colau como sea, pasa por reforzar el dueto PSC-ERC, que se apresta a mandarlo todo en Cataluña, además de configurar ciertos cambios en España (dejemos para otra ocasión dilucidar si son cambios en profundidad o simple maquillaje para que todo siga igual).
La contradicción de Trias no está exenta de ironía: en el proceso de substitución de la sempiterna sociovergencia que se repartió Cataluña en el largo virreinato de Pujol por la nueva entente, Trias, el conspicuo defensor de CDC, es el político que más se dispone a contribuir a la substitución de su antiguo partido por el gran rival republicano. ¿Vendetta de paso también sobre quienes se cargaron primero a CDC y luego al PDECat? No lo descarten.
Que eso, dicho lo contrario de lo que susurran algunos espíritus propensos al espiritismo político, no le quita un ápice de verosimilitud. Al contrario, confiera a Trias algunas posibilidades de cosechar más votos y superar así el desastroso resultado del 2019, cuando no pasó de cinco concejales.
Lo cierto es que la salida del Govern de Junts cambió el panorama, de tal modo que, el ya seguro candidato del partido se apartó de la escena durante todo este tiempo. Él estaba dispuesto a retirarse, pero en caso contrario, quiere ser dirigente de un partido de gobierno, no de una tropa de protestones sin propuestas postergadas del poder.
Apartar a Colau de la alcaldía
No es el caso. Tampoco es, y ya era hora de razonar lo prometido en el primer párrafo, tampoco es posible que Trias llegue a alcalde, ni aun en la inverosímil circunstancia de ganar. Sí, en cambio, puede resultar decisiva su aportación a apartar a Colau de la alcaldía, incluso en la asimismo poco probable posibilidad de ganar las municipales.
Así como el anunciado retorno de Trias antes del gran rifiuto de Junts polarizaba las municipales entre la alcaldesa y su rival y antecesor, el ingreso de Junts en la marginalidad les perjudica a ambos, pero más a Colau. Es así porque mientras Trías es verosímil como ariete anti Colau, de hecho es el único creíble en este sentido, el gran argumento electoral de Colau, “o yo o la derecha con Trias”, ha dejado de colar.
Supongamos en un ejercicio de imaginación desbordada, por no decir delirante, que ni Sandro Rossell ni nadie de su espectro le robe un solo voto. Rocemos la alucinación: Trias vuelve a ganar y alcanza la cifra astronómica de once o doce concejales. ¿Con qué apoyos contaría hasta alcanzar la cifra mágica de 21 o por lo menos ser el candidato más votado?
Tal como andan las relaciones entre ERC y Junts, es insensato por completo contar con el apoyo de los republicanos. Al revés sí, Junts apoyando a ERC es muy posible siguiendo el lema ‘todo contra Colau’, pero Ernest Maragall no dará ni loco sus votos a Trias. Menos los socialistas. Menos aún los de Colau. Y no hablemos de los demás, los extremos anti y en su caso los de la CUP.
La Cataluña de hoy
La Cataluña de hoy es cosa de dos más uno. ERC-PSC+Comuns. O de dos más las derechas pragmáticas, como se va viendo con la sintonía de los dos grandes con Foment y el mundo empresarial. Socialistas y republicanos se reparten el poder con la colaboración de los Comuns.
Tengan por seguro que, una vez vetada la vuelta de Junts a cualquier parcela significativa de poder, el objetivo conjunto de ERC y PSC consiste en minimizar en lo posible la influencia de los Comuns. Algo mucho más sencillo de conseguir si Colau desaparece del mapa político. Ahí es donde se propone entrar Trias, a mayor gloria de tan elegante como propicia empresa.
De modo que, si no hay contraargumentos razonables, la premisa de todo análisis sensato y no partidista debe de ser que Trias no tiene la menor posibilidad de repetir como alcalde de la ciudad. Pero por su obra y gracia, o cuando menos por su gracia, los años gloriosos de Colau cuentan con bastantes más posibilidades de desaparecer por el desagüe de la historia.