La textil Puig Codina desaparece

Un juzgado mercantil de Barcelona ha escrito el epílogo de la veterana compañía textil Puig Codina SA, de Terrassa, fundada hace medio siglo por iniciativa de los tres hermanos que le dieron sus apellidos. En un auto, el magistrado decreta la extinción de la sociedad, tras archivarse, por inexistencia de activos, el concurso voluntario que instó hace cuatro años.

La firma vendía sus artículos a terceros y bajo la marca propia Notting Cross. Durante muchos años constituyó una especie de excepción dentro del baqueteado ramo textil. Registró unas ventas crecientes que alcanzaron los 35 millones y obtuvo una rentabilidad extraordinaria.

Manufacturaba tejidos de alta calidad para prendas de vestir de hombre y mujer. Tenía entre sus clientes a El Corte Inglés, Marks & Spencer, C&A, Mango, Zara y Adolfo Domínguez. Además, exportaba con regularidad y sus ventas al exterior llegaron a suponer dos tercios de los ingresos.

En la crónica de Puig Codina hay un acontecimiento aciago. Los Puig Gorina, descendientes de uno de los fundadores, vendieron a comienzos del pasado decenio su participación accionarial minoritaria al conglomerado Nueva Rumasa, de José María Ruiz-Mateos, por 8 millones de euros.

El magnate jerezano especulaba con que, transcurrido un tiempo, los restantes socios adquirirían esos títulos a un precio remunerador, tal como había conseguido en varias operaciones similares.

Pero los mayoritarios de Puig Codina se conjuraron para hacer frente al “invasor”. El asunto acabó en los tribunales. Ambas partes estuvieron pleiteando durante más de diez años en distintas instancias.

Entre tanto, sobrevino la crisis. La empresa acusó el golpe y entró en declive, hasta desembocar en la suspensión de pagos. Ahora da término a su historia con el eclipse definitivo.