La Sociedad Pública de Alquiler, un cadáver insepulto
La Sociedad Pública de Alquiler (SPA) quema las últimas etapas de su cierre definitivo, tras fracasar con estrépito en su objetivo de reanimar el mercado de arrendamiento de viviendas. En fechas recientes, la empresa ha abandonado los locales que ocupaba en Madrid y el archivo documental y los servidores informáticos se han trasladado a una nueva ubicación menos onerosa.
También se ha subastado el mobiliario existente en las viejas dependencias, consistente en 66 mesas individuales, 8 mesas de reuniones y 104 sillas, amén de armarios y cajoneras. El grueso de la plantilla fue despedido en 2012. El proceso de liquidación está encomendado a la empresa Villalba Coloma Ankersmit.
La SPA es un invento de la ministra socialista de Vivienda María Antonia Trujillo, ahora reconvertida en tertuliana política. El engendro vio la luz en 2005 y la ministra de Fomento Ana Pastor decretó su clausura a comienzos de 2012.
Mientras estuvo activa, SPA no fue capaz de saldar un solo ejercicio con resultados positivos. Por el contrario, las pérdidas acumuladas rebasan con creces los 50 millones de euros. Sólo en 2012, ya en trámites para echar la persiana, ingresó 3,6 millones por sus labores de mediadora entre propietarios de viviendas y posibles interesados en alquilarlas, y contabilizó un quebranto de 6,9 millones.
La entidad ha participado a lo largo de su existencia en el arrendamiento de poco más de 4.500 pisos. De ello se puede inferir que cada uno de esos arriendos ha costado a los contribuyentes más de 11.000 euros.