Si finalmente Pedro Sánchez no consigue convencer a Podemos&Asociados para que le despeje el camino a La Moncloa, es muy probable que la izquierda española se haya metido un tiro en un pie. Las primeras encuestas sobre el estado de ánimo electoral advierten de que, en unos nuevos comicios, la derecha podría retener el poder.
El sondeo difundido este jueves por El Periódico refleja una bajada importante del Partido Popular, pero un subidón de Ciudadanos, con 20 escaños más de los que tiene ahora, lo que haría bascular hacia el centro derecha el eje político, que en estos momentos pivota sobre el gobierno de centroizquierda que se curra el tándem Sánchez-Rivera. En otras palabras: la repetición de las elecciones llevaría de nuevo a La Moncloa al Partido Popular.
A los ideólogos de Podemos&Asociaciados quizás les parezca que estas encuestas se inventan para meterles presión. Sin embargo, Pablo Iglesias sabe que ese es el riesgo que corre la izquierda con su posición actual. Además, la misma encuesta del diario catalán augura una importante pérdida de escaños a los podemitas. Ya no es que El Sistema haya decretado que lo procedente es un pacto PP-PSOE-Ciudadanos, como dice en sus epístolas Juan Carlos Monedero, sino que es muy probable que con nuevas elecciones ni siquiera tenga que contar con los socialistas. Un problema menos para El Sistema.
La cruda realidad se impone y a los de Pablo Iglesias no les va a quedar otra opción que aplicar el ejercicio de realismo que sí demostró el esforzado y reforzado Pedro Sánchez en el debate de investidura. Las cuentas no dan para un gobierno «solo» de izquierda y lo que procede, lo que suele hacer en circunstancias similares en Europa, es negociar pactos transversales con el adversario. El frentismo y el maximalismo dogmático acaban cargando las armas del enemigo.
Pedro Sánchez estuvo por A Coruña rentabilizando interna y publicamente el tirón de su actual protagonismo político. Tuvo el acierto de gestionar un encuentro con el alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, quizás la voz más equilibrada y realista de En Marea. Un acercamiento inteligente. Una comunicación directa, sin prensa, aprovechada para comunicar que «en ningún caso» el PSOE se vengará en los concellos de la negativa de Podemos en el Congreso.
En unos meses, habrá elecciones gallegas. Entra dentro de lo muy posible que el escenario post-electoral repita una situación semejante a la que padecemos desde los comicios generales. Sánchez busca amigos para lo suyo, pero su estrategia de contención no solo es fundamental para el gobierno de la izquierda en A Coruña, Ferrol y Santiago, sino que también influirá en el clima de encuentro/desencuentro en el Parlamento gallego si Feijoo no revalida la mayoría absoluta.
A Podemos&Asociados le toca adoptar grandes decisiones cuando aún no se ha hecho mayor. Demasiado rápido el salto de redes y platós, pero ahora tiene la oportunidad de incorporarse a la realpolitik que llama a sus puertas.
Hace siglo y medio, cuando los alemanes sudaban su unificación territorial, un escritor germano se inventó ese término, realpolitik, para referirse a la conveniencia de hacer política realista, no alimentada de quimeras y fantasías que postergan sine die la solución de los problemas.
En el programa PSOE-Ciudadanos quedaron importantes huecos en los que Pablo Iglesias y sus socios pueden dejar su impronta y justificar el paso ante los más reticentes de los suyos. También podrían optar por explicar «como mal menor» una abstención en el Congreso y situarse en una cómoda posición de guardianes con la sartén por el mango durante la legislatura.
En todo caso, necesitarán controlar las tensiones internas, aliviar la irritante pretendida superioridad moral de su líder y guardarse los brindis al sol para las faenas asamblearias. Lucen bastante, pero a la gente no le sirven de nada.