La realidad de las cifras, más allá de los sentimientos
Las cifras muestran que, en realidad, Cataluña se beneficia del desarrollo del resto de autonomías, y eso se debe atender, más allá de los sentimientos
Parafraseando a Margaret Thatcher, en muchos países una parte sustancial de la población reclama y sus líderes aceptan que se gobierne según sus sentimientos, no de acuerdo a ideas y hechos racionales.
Más del 90% de los catalanes votó a favor de la Constitución de 1978, un pilar fundamental de una transición que es un referente analizado y aplicado — especialmente en América Latina en los años noventa — en muchos países con traumas de conflictos internos sangrientos y en evolución a la democracia.
El Tribunal Constitucional ha dictaminado en reiteradas ocasiones que el Título Preliminar de la Constitución prohíbe cualquier referéndum de autodeterminación, que exigiría una enmienda de la Carta Magna. Aunque España aceptara la independencia, las instituciones europeas han advertido que Cataluña quedaría fuera de la eurozona. Los tripartitos convirtieron a Cataluña en la CCAA más endeudada, con 44.000 millones de euros en facturas impagadas, cuyo abono asumió el FLA.
Cataluña se aprovecha y se beneficia del progreso del resto de comunidades en materia de infraestructuras, sanidad o educación
La deuda privada de las familias y empresas catalanas tampoco se puede achacar a España. Y el famoso déficit fiscal de hecho es una inversión para Cataluña. Alemania puede exportar más a países del sur de Europa cuyo desarrollo ha fomentado con sus contribuciones al presupuesto de la UE. Cataluña exporta más del 50% de sus productos a otras CCAA, y por consiguiente se beneficia del progreso en materia de infraestructuras, sanidad y educación de las más pobres.
Desde 2012, de 217.000 millones de euros inyectados por el Estado en las CCAA, Cataluña ha obtenido 66.550 millones. El gobierno ha asumido en sus presupuestos generales para 2018 inversiones en infraestructuras para Cataluña de 4200 millones hasta 2020, además de los 15.400 millones ya invertidos desde 2012.
Las inversiones reales del Estado en Cataluña aumentarán en 260 millones respecto a 2016, en un contexto de recortes de más del 30% en Andalucía, Comunidad Valenciana y Galicia.
De hecho, en 2016 el 10,6% de la inversión real del Estado tuvo como destino Cataluña, y en 2017 ascenderá al 13,4%, lo que la sitúa en segundo lugar entre las CC.AA. Desde 2008, más de 30.000 empresas han abandonado Cataluña, y en el primer semestre de este año 138 se añadieron al éxodo. El independentismo lo achacaría a la menor tributación de Madrid. Pero el Sr. Puigdemont gobierna con partidos radicales como ERC y con el apoyo parlamentario de los neocumunistas de IC y los anarquistas de la CUP, que no generan precisamente un clima propicio para las inversiones.
Dr. Alexandre Muns Rubiol, Profesor, OBS Business School