La Plaza | Sánchez e Iglesias, encerrados con un solo juguete
Pedro Sánchez no quiere a Pablo Iglesias ni en pintura, pero el líder de la formación morada necesita como un náufrago algo a lo que agarrarse
Valga el título de la ópera prima de Juan Marsé. Ante la expectación del resto de fuerzas, los dos principales líderes de la izquierda siguen encerrados en un bucle de medios con el sólo juguete: su supervivencia política.
Pedro Sánchez no quiere a Pablo Iglesias ni en pintura. Desconfía personalmente de él. Le ve fracasado y sin la autoridad mínima que le requiere para garantizar el apoyo de los morados. Teme su deslealtad. Pero es la ecuación más lógica, no la más sensata, para la investidura del dirigente socialista.
Iglesias necesita como un náufrago algo a lo que agarrarse, algo que poder levantar como un trofeo, aunque sea efímero. Tiene poco que perder en la situación en la que se encuentra. Cederá lo que haga falta, pero necesita que se note poco.
El poder es el único juguete
Sólo hay un juguete: el poder. Sánchez debe decidir si lo tendrá más fácil y por más tiempo yendo a unas nuevas elecciones o pactando con Iglesias. Éste tiene menos opciones, aunque la de entrar al gobierno no le asegura más que tiempo y recursos. El discurso justificativo lo tendrá que elaborar después, pero eso se le da bien. Errejón espera su oportunidad.
Estas disquisiciones y sus derivadas han sido el motivo de debate en La Plaza de este viernes. Seguro que ustedes tendrán su propia opinión y nosotros le agradeceremos que la expresen en los canales abiertos en las distintas plataformas por las que se distribuye el podcast. Gracias.