La papelera J. Vilaseca entró en pérdidas

La compañía J. Vilaseca SA, de Barcelona, contabilizó el año pasado un beneficio de explotación de casi 600.000 euros y un flujo de caja de 1,5 millones. Pero la cuenta de resultados cambió de signo y pasó de 82.000 euros de beneficio a 54.000 de pérdidas, principalmente por el desplome de los ingresos financieros.

Este déficit eleva a 4 millones los quebrantos que el balance ya arrastraba de ejercicios anteriores. La cifra de negocio subió a 51 millones, con alza de un 5%. Las exportaciones suponen dos terceras partes del giro total y se dirigen sobre todo a África y la UE.

J. Vilaseca es una de las firmas más antiguas de Cataluña. Sus orígenes datan de 1714, cuando el fundador, Gaspar Vilaseca, instaló un molino papelero en Capellades. En ese enclave se alza hoy la moderna planta industrial de la empresa. Su catálogo de manufacturas abarca papeles especiales de impresión y escritura, industriales, etiquetas de vino y publicidad. La plantilla consta de 200 empleados.

El cuerpo accionarial está formado por la familia Torredemer, titular de un cupo ampliamente mayoritario por medio de Corporación Torredemer; y por Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, poseedora de cerca del 13%. Años atrás, Vilaseca estuvo participada por la firma de capital riesgo Catalana d’Iniciatives, de capital mixto público-privado, hoy en proceso de liquidación como consecuencia de la catastrófica inversión que hace pocos años hizo en la aerolínea Spanair.

La familia Torredemer controla, asimismo, la sociedad Catalonia Comercial, con sede en Terrassa, dedicada a la compraventa de inmuebles. A comienzos de septiembre último, el juzgado mercantil número 8 de Barcelona declaró a esta compañía en suspensión de pagos.