La obsesión por un banco público
En el imaginario de Iglesias la banca pública no tiene morosidad, el BCE no existe, el dinero no se presta ni se devuelve, se regala y como dijo Carmen Calvo “no es de nadie”
En el debate de Telemadrid, una vez más, Pablo Iglesias propuso la creación de un Banco Público, como lo era en su día Argentaria, que acabo siendo absorbido por el BBVA. En realidad, en España tuvimos muchos bancos públicos: Banco Exterior, La Caja Postal, Banco de Crédito Local, Banco Hipotecario, etc. Hoy el banco con mayor participación pública es CaixaBank del que el Estado tiene un 16% a través del FROB.
Iglesias, que es un tipo de hablar solemne, aleccionador y siempre enfadado, presenta en todas las ocasiones que puede a la banca pública como una panacea. En su mente un banco público no tiene departamento de riesgos. A cualquiera que pase por la puerta de se concede un crédito, a todo hijo de vecino se le da una hipoteca y las pólizas para empresas, siempre que no sean para asquerosos empresarios de derechas van que vuelan. En el imaginario de Iglesias la banca pública no tiene morosidad, el BCE no existe, el dinero no se presta ni se devuelve, se regala y como dijo Carmen Calvo “no es de nadie”.
El peso del Estado en CaixaBank no impide que lleve a cabo un ERE, absolutamente ajustado a la legislación laboral vigente, que afectará a más de 8000 trabajadores
La visión de Pablo Iglesias sobre el sistema financiero se da de bruces -como suele sucederle con todo al moñudo influencer político- con la realidad. El peso del Estado en CaixaBank no impide que lleve a cabo un ERE, absolutamente ajustado a la legislación laboral vigente, que afectará a más de 8000 trabajadores. La respuesta del Estado ha sido tibia y de cara a la galería, protagonizada por Nadia Calviño que se ha quejado del “elevado sueldo de los directivos de banca”. Ni siquiera el hecho de que Yolanda Díaz, su sucesora designada, sea Ministra de Trabajo y tenga que dar el visto bueno al ERE parece que vaya a evitar la reducción de plantilla de CaixaBank.
Mientras Díaz, quiere llevar a cabo una reforma de la reforma laboral de Rajoy, un banco con presencia pública utiliza dicha reforma, para aligerar plantilla. Mientras el ministro José Luis Escrivá dice que dará 12.000 euros al año a cada jubilado que prolongue su carrera profesional, el banco con mayor presencia pública de España anuncia que ofrece a sus trabajadores prejubilaciones desde los 58 años. La capacidad de Iglesias de transformar la realidad y asaltar los cielos termina en si mismo y su entorno.
CaixaBank cerrará 1534 oficinas. Es el resultado no solo de las fusiones, sino de la tan aplaudida digitalización. Si puedo pagar, cobrar y gestionar desde el teléfono para que voy a ir a la oficina y si se cierran sucursales sobra personal. CaixaBank hace su trabajo, sin demagogia, si dos entidades se fusionan y una tiene su sede operativa en Castellana con Miguel Ángel y la otra en Castellana con Plaza Castilla, sobra una sede y parte de la gente que trabaja en una de las dos.
La capacidad de Iglesias de transformar la realidad y asaltar los cielos termina en si mismo y su entorno.
Y de ahí hacia abajo, y, si no se lleva a cabo ese doloroso proceso de restructuración en poco tiempo las consecuencias son mayores en forma de caída de rentabilidad, menor remuneración al accionista y perdida de competitividad que acaba con la destrucción de aún más empleo. La realidad es demasiado real y dura para que Pablo Iglesias la asimile y la asuma, incluso cuando tuvo responsabilidades.
La realidad es incómoda para Pablo Iglesias
La realidad para Pablo Iglesias es algo incomodo, afirmar que nadie se quedará atrás o que durante el coronavirus no se puede despedir es una forma de demagogia mentirosa que se cae cuando el TSJC dictamina como improcedente un despido durante el confinamiento, y en consecuencia, el empresario, puede proceder al despido previo pago de la correspondiente indemnización máxima.
Lo más parecido a un banco público en España es el ICO que se ha hecho famoso por los créditos covid, pero en realidad el detalle de la concesión de dichos créditos ha quedado en manos de la banca privada sin la cual no se habrían podido gestionar, porque simple y llanamente era inviable que el ICO hiciera llegar el dinero a todas las empresas demandantes sin la participación activa de la red bancaria privada.