La monotonía del 50 1
Todo es negociación. Lo es también el porcentaje para dar continuidad al supuesto referéndum ilegal, que debe legitimarse con la victoria de 50 1. Como lo son el propio referéndum legal y también el ilegal. Lo son los cuarenta y seis puntos presentados por el presidente de la Generalitat al presidente del Gobierno español. Todo es monotonía. La forma de conducir el posible diálogo entre Cataluña y España tiene la temperatura de la rutina y provoca el hastío que percibimos ante un paisaje que no cambia, aunque todo sea acantilados.
Una rutina de pronunciamientos sorprendentes que, de tanto repetirse, se reblandecen. Lo que persigue Madrid es cambiar la base emocional de la negociación llevándola al terreno de una negociación convencional. Lo que persigue el Gobierno de la Generalitat es dotarla de electricidad para que provoque un cierto corto circuito en la política española.
Las declaraciones a favor de un referéndum ilegal, alegal, de nueva legalidad, se dan para provocar que el estado español lo combata. Monotonías que llevan marcando la misma hora desde hace cinco años, en la pretensión de abrir un escenario de negociación que nunca llega. Esperando a Godot, «pero mañana seguro que sí», que Samuel Beckett nos ofreció en una tragicomedia en dos actos, parece ser el signo de nuestro tiempo político.
Cada nueva declaración política busca establecer una insalvable distancia que precipite a todas las partes a tener que salvar grandes distancias para llegar a posicionarse en algún punto. Se pretende llegar a una situación en la que una de las partes llegue a verbalizar «no puedo aguantar más». El lugar elegido para doblegar al otro, por parte del Gobierno de la Generalitat, va en la dirección de convertir el 2017 como el año del no retorno. Para el Gobierno español es el año de la normalización del desafío catalán. La distancia emocional es tan grande como la distancia que se establece entre el dolor de un familiar ante la muerte de un ser querido y el de un desconocido que se ha equivocado de entierro.
Frente a las monotonías, estado en el que nos encontramos desde hace mucho tiempo, la única forma eficiente para combatirlas es dejar que se agoten en sí mismas. El 50 1, que expresó el Presidente de la Generalitat, es una nueva forma de monotonía que se observa con desdén desde Madrid.
Todo ello mientras que en Alemania el Tribunal Constitucional ha desestimado el recurso presentado por los partidos independentistas de Baviera para poder celebrar un referéndum de independencia.