La lista
Los independentistas quieren una sociedad pura de patrióticos que comulguen con su voluntad de una República Catalana
El 16 de octubre de 2018 publiqué un articulo que se titulaba Afectos y desafectos. Lo hice a raíz de la insensata iniciativa de la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC) de lanzar una campaña que, bajo el título Consum estratègic, pretendía confeccionar unos listados de empresas vinculadas a la voluntad independentista frente a otras que no lo fueran y facilitar así a los ciudadanos poder escoger negocios y comercios de su adscripción ideológica.
Tamaño despropósito es ahora ya una realidad; y yo sigo estupefacta ante tanta perfidia para con los vecinos que no son de tu cuerda ideológica por parte de la ANC.
La gran trampa es que con la lista lo que realmente están diciendo es que quienes no están son los ‘malos’
De pequeña, en la familia burguesa en la que crecí, me enseñaron que señalar con el dedo es de mala educación. Señalar significa poner a uno frente a otro y, en casa, las normas de convivencia nos instruían que esa nunca era una buena manera de dirigirte a tu igual.
La perversión más sibilina de Consum estratègic no es por el hecho de que se haga una lista de empresas que, como los independentistas, persiguen un objetivo común de defender la Republica Catalana.
No, no es eso. La gran trampa y canallada es que, bajo la excusa de la idea de hacer una lista de los suyos -y debemos entender claro está que, para ellos, los suyos son los buenos: buenos patriotas, y por lo tanto también moralmente buenos, lo que realmente están diciendo es que los que no están en esa lista son los malos. ¡Esa es la gran perversión¡
¿Alguien duda de que hay municipios dónde si la mercería de la plaza mayor no está en esta lista perniciosa no venderá ni un botón?
Será una lista donde por omisión no estarán los otros y, por lo tanto, está propiciando, propugnando y defendiendo, con una legitimidad maligna, que si tú tienes una panadería, una lampistería, un colmado o cualquier otro comercio en Mollerusa, Vic, Girona, Martorell o dónde sea y no estás en esa lista, dará igual si tu croissant es más esponjoso, tu pericia en arreglar calentadores más acertada o tus productos son los más frescos de la zona.
Dará igual porque se te señalará por no estar en la maldita, y nunca mejor dicho, lista con lo que eso a ti te podrá suponer de perdida de clientela.
¿Dudamos alguno que los independentistas usuarios de Consum estratègic escogerán restaurante cuando viajen en función de si el establecimiento está, o no, en esa lista?
¿Tenemos todos claro que lo que va a pasar es algo tan sencillo como que, o bien eres un héroe o, si quieres sobrevivir en cualquier municipio de Catalunya mayoritariamente independentista y seguir teniendo clientes en tu carnicería o tu farmacia sin que tus hijos estén significados por tu adscripción o no a la ideología independentista, acabarás transigiendo y apuntándote en esa lista?
¿Alguien duda de que hay municipios dónde si la mercería de la plaza mayor no está en esta lista perniciosa no venderá ni un botón y sí lo hará en cambio la que está a la entrada del pueblo que sí que estará en la lista?
¿No acabará pasando que el albañil que sea del PP ya no será bien visto en la localidad y que el empresario selectivo acabará contratando en función de la ideología del candidato?
La patrimonialización de Cataluña
Empezamos con aquello de els carrers serán sempre nostres, luego vinieron los mossos serán sempre nostres y más tarde también els bombers serán sempre nostres… Y en esa vorágine de apropiárselo todo se han acabado llevando, durante un pleno municipal, la foto del Presidente de la Generalitat porque es su cuñado y allí mandan ellos.
No señores, no. No hay nada suyo. Ni aunque tuvieran ustedes el ochenta por ciento de la población frente a un veinte podría otorgarse el derecho a la patrimonialización de algo y a no respetar a ese veinte por ciento.
¡Déjense ustedes de eufemismos¡ Quieren ustedes una sociedad pura de independentistas patrióticos que comulguen con su voluntad de una República Catalana secesionada de España y para ello pretenden blanquear la segmentación por ideología
Lo ultimo que yo recuerdo, en nuestra historia contemporánea, que partió a los miembros de una sociedad entre buenos y malos fue una estrella de David amarilla cosida en la ropa para que, públicamente, se identificaran a una determinada adscripción a un grupo de diferentes.