La lista de todas las listas
La imaginación política abocada en la concepción de una lista única para la independencia de Catalunya ha tenido un resultado fulminante. ¿Quién no quiere representar a toda la sociedad civil en una lista que va a conseguir que Catalunya sea un Estado? Es la lista de todas las listas y supera espectacularmente aquella lista de los Quatre presidents que dinamizó las candidaturas de la Lliga en 1901.
En defensa del autonomismo, personalidades que habían presidido instituciones como la Societat Económica d’Amics del País o la potente Lliga de Defensa Industrial i Comercial dieron un aval de sociedad civil al nuevo empuje que defendía la Lliga, entonces Lliga Regionalista y posteriormente Lliga de Catalunya, una de las cosas más serias que han existido en la política catalana y, en buena parte, en la española.
La lista de Artur Mas sobrepasa de mucho la dimensión de aquella lista de los Quatre presidents. Como era previsible, al día siguiente de su alocución de botadura, no había otro tema en el microcosmos político-mediático catalán. ¿Quién iba a estar en la lista y, sobre todo, quien no?
Desafortunadamente, la incógnita de la lista de todas las listas ha eclipsado el impacto que merecía la propuesta de la actual decana de Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona, Elisenda Paluzie. No ve otra salida que la vía rápida para una declaración unilateral de independencia que ha de ser –por falta de alternativa– una ruptura sin vuelta atrás.
Reconoce que es una vía “difícil y dura”, pero que por esa misma razón requiere “cirugía de urgencia” y no “un lento desangramiento”.
En fin, se declara la independencia e ipso facto se la convierte en realidad. Según esta sugerencia, los Mossos d’Esquadra ejecutarían la toma de control de todas las instituciones públicas del Estado en Catalunya comenzando por la Justicia, la Agenda Tributaria y la Seguridad Social además de las centrales nucleares, trenes, puertos y aeropuertos. La solución de la Degana de Economía y empresa de la UB es muy sugestiva, sobre todo para la economía y las empresas de Catalunya.
En paralelo, su propuesta considera conveniente tener la autoridad política suficiente para hacer que “todas las empresas, instituciones y ciudades del país ingresen sus impuestos y cotizaciones sociales en el nuevo Estado que nace, a sabiendas de que no hacerlo implica sanciones, dado que la nueva autoridad en el territorio ha cambiado”.
Ahí está todo resumido: nuevo Estado, sanciones, impuestos y capacidad de incautación de bienes públicos por parte de los Mossos d’Esquadra. En momentos sombríos de la Revolución Francesa, Danton está al frente de la justicia y justifica tantas ejecuciones diciendo “Audacia, siempre audacia”. La decana Paluzie también propone una revolución sin retorno y está claro que considera imprescindible disponer de mucha audacia.
Una lista, muchos candidatos. Puesto que ya no hay dudas sobre lo que se llama “procés”, ahora el tema es la lista. Tantos nombres, tanta voluntad creativa. Un nuevo Estado. Elisenda Paluzie ya es un nombre imprescindible para la lista de todas las listas.