¿La jugada maestra de Rajoy?

Mariano Rajoy está fino. Ha despertado. O le han animado a levantarse del sofá. Después de tres largos años, y cuando se acercan las elecciones generales, Rajoy ha tomado la iniciativa respecto al problema catalán. Y lo ha hecho en una dirección que es satisfactoria para él, pero que no es perjudicial para el resto de partidos políticos. Y eso es realmente complicado. ¿Nos equivocamos?

Una de las ideas centrales del debate sobre la situación política en Cataluña se centra en el llamado derecho a decidir. Pero ese ha sido uno de los goles por la escuadra que ha marcado el bloque independentista. Hasta tal punto, que para una gran parte de la sociedad catalana –y una parte de la izquierda española– se ha identificado el proceso con un acto democrático, y, por tanto, el rechazo del Gobierno central se ha visto como un defecto de la democracia española.

Rajoy se ha negado a aceptar esa alianza desde el primer minuto. Los socialistas catalanes se confundieron al inicio, y rectificaron después. El PSOE ahora, de la mano del PSC, o el PSC de la mano de los socialistas españoles, tiene claro que hay líneas que no se pueden traspasar. Y lo mismo, y con más convicción también desde el inicio, lo defiende Ciudadanos.

Llegados a este punto, y gracias a la resolución de ruptura con España que desean aprobar en el Parlament Junts pel Sí y la CUP, Rajoy ha ido convocando a los distintos líderes políticos, incluido Josep Antoni Duran Lleida, como dirigente de Unió. Y, salvo Alberto Garzón, de IU, y Pablo Iglesias, de Podemos, Rajoy ha logrado un punto de encuentro: deberá haber una respuesta «proporcionada» a la votación en el Parlament de esa resolución, que no se puede aceptar.

Más allá de eso, de un acuerdo entre todas las fuerzas políticas de ámbito estatal, cada uno de los dirigentes deberá ofrecer respuestas políticas al problema catalán de cara a las elecciones. También Rajoy, que no puede encerrarse, de nuevo, en el ordenamiento jurídico.

Y esa es podría ser la jugada maestra de Rajoy, porque, aunque no cercena el campo de juego al resto de partidos, sí aparece ante la opinión pública como el gobernante que vela por los intereses del conjunto de españoles.

Las urnas decidirán. Pero se abre un periodo determinante para que el PP, el PSOE, Ciudadanos y Podemos, los cuatro con posibilidades de establecer alianzas para gobernar, ofrezcan soluciones al problema que plantea una parte de la sociedad catalana.

No se puede caer en el error de parte de la izquierda –Podemos o IU– de relacionar democracia con la petición de ruptura de una parte de la sociedad catalana –hay mecanismos previos y obligados, como la reforma de la Constitución– pero tampoco se puede pensar que todo ésto pasará.

Llega la hora de la Política, y parece que Rajoy también se presta a ello. Si es que está a tiempo