La izquierda buena contra la derecha mala

La izquierda, benefactora por excelencia, promete la vida digna previa liquidación de los mitos neoliberales de una derecha malhechora

Los acuerdos en Andalucía entre el Partido Popular y Ciudadanos, y entre el Partido Popular y Vox, han vuelto a despertar el fantasma del despotismo que late en la izquierda en sus dos variantes fundamentales: la autoritaria y la ilustrada.

Ahí está el despotismo autoritario de Podemos e Izquierda Unida que, al día siguiente de los comicios andaluces, lanza una “alerta antifascista” para frenar a la “extrema derecha” y proteger  la “democracia”.

Delirante: Podemos e Izquierda Unida emplazan a ERC y Pdecat a luchar por la democracia

Más: Podemos e Izquierda Unida emplazan al PSOE, ERC y el Pdecat a sumarse a la causa de la democracia. Sí, han leído bien: Podemos, Izquierda Unida, ERC y Pdecat en defensa de la democracia.           

Como no hay dos sin tres –más despotismo autoritario-, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) llama, también en defensa de la democracia, a la movilización callejera y a rodear el Parlamento de Andalucía el día de la investidura del nuevo presidente de la Junta de Andalucía. También han leído bien: el SAT en defensa de la democracia.      

Ahí está el despotismo ilustrado del PSOE y la prédica que no cesa: que si debemos implicarnos en la defensa de la democracia en la presente coyuntura, que si están en juego los principios, derechos y libertades que creíamos haber conquistado, que si hay que devolver la esperanza a la sociedad.

¿Salvará el PSOE la democracia pactando con el totalitarismo nacionalista?

¿Qué está pasando? La izquierda pierde el poder en Andalucía y la derecha le sustituye. Fenómeno que puede trasladarse a los ayuntamientos, a otras Comunidades Autónomas y al Gobierno de España.

¡Qué escándalo! Por eso, unos y otros deciden defender la democracia contra quienes han ganado limpiamente las elecciones, cumplen la legalidad vigente y se ajustan al Estado de derecho.

Dos preguntas, al respecto: ¿el PSOE salvará la democracia pactando con el autoritarismo podemita y el totalitarismo nacionalista? ¿El PSOE puede permitirse el lujo de demonizar a una derecha con la cual se verá obligado a pactar si quiere gobernar en un futuro próximo?  

Más allá del gobierno andaluz del Partido Popular y Ciudadanos, con el apoyo parlamentario de Vox –que se mueve en el marco de la Constitución, cosa que no puede decirse de algunos partidos convocados a defender la democracia-, llama la atención la persistente dicotomía entre izquierda buena y derecha mala.

La izquierda: cambio, progreso, futuro, renovación, innovación, transformación social, revuelta contra la injusticia, democracia, derechos fundamentales, tolerancia, pluralismo, redistribución de la riqueza, interés colectivo, sanidad, educación, trabajo, feminismo, pacifismo, protección de los desfavorecidos, medio ambiente, igualdad, generosidad, solidaridad.

gnacio Garriga, portavoz del comité ejecutivo nacional de Vox y la cara más conocida del partido de Santiago Abascal en Cataluña. Anuncia que centrarán la campaña electoral para la alcaldía de Barcelona en la seguridad ciudadana.

El tópico de la política española

¿Por qué se acepta el tópico de la izquierda buena y la derecha mala? La izquierda gana la batalla comunicativa gracias al yudo moral que practica

La derecha: exactamente lo contrario. Y punto.

Sigue el tópico: la izquierda progresista y la derecha reaccionaria. Y cuando la izquierda flaquea, se arguye que ello obedece al abandono de las verdaderas señas de identidad de la misma.      

¿Una izquierda siempre renovadora, avanzada y virtuosa frente a una derecha siempre retrógrada, inmovilista y manipuladora? Hay cosas que no se pueden decir sin matices ni precisiones.   

¿Por qué se acepta el tópico de la izquierda buena y la derecha mala? La izquierda gana la batalla comunicativa gracias al yudo moral que practica. La izquierda, benefactora por excelencia, promete la vida digna previa liquidación de los mitos neoliberales de una derecha malhechora supeditada a los designios egoístas del mercado y los mercaderes. Y eso vende.   

¿Cómo competir con quien comparece avalado por la ética y unas propuestas que auguran un mundo mejor? ¿Cómo competir con quien se presenta como más moral, honesto, sincero, abnegado y altruista que nadie? Izquierda buena y derecha mala.

El tópico continúa. Y ello –más allá de propuestas siempre en estado de promesa permanente-, pese al infortunio propiciado por las izquierdas. Cierto: no es lo mismo el PSOE que Podemos.  

La moralidad de la izquierda

La izquierda –callejera, populista, que apela a los prejuicios de unos y halaga los oídos de otros- transmite la idea de una derecha en pecado original permanente sin posibilidad de redención. Incluso, se niega la ya tradicional idea –formulada por Norberto Bobbio en Derecha e izquierda, 1995- de que la derecha tiene que ver con la libertad.

El yudo moral de la izquierda –ese acosar a la derecha con la bandera de la ética para sacar réditos políticos- connota negativamente a la derecha y la culpabiliza de los males del presente. Y eso vende. Aunque no siempre dé los votos suficientes.  

¿La izquierda? Decía Josep Pla que “hay una manera cómoda de hacer una vida suave, tranquila y regalada: consiste en afiliarse al extremismo razonable y lavarse las manos, pase lo que pase”.