La hora de Susana
En las últimas elecciones municipales de 2015 se produjo una novedad electoral, sobre todo en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, Valencia, Zaragoza y Cádiz, entre otras. El mínimo común denominador es que llegaron fuerzas políticas a la izquierda del PSOE, que también aspiran a apropiarse del espacio electoral socialista en toda España.
¿Qué ha ocurrido? El PSOE en España, como toda la socialdemocracia europea, ha sufrido un desgaste por haber gobernado muchos años. Aunque, justo es decirlo, con un buen balance. Hoy día se encuentra en una coyuntura histórica internacional adversa y no ha encontrado la solución para el momento, donde la globalización y la hegemonía del mundo financiero especulativo están por encima del poder político de los estados nación. Y ello desde la desregulación de los mercados financieros iniciados por Reagan y Thatcher en los años 80 del pasado siglo XX.
Llega la gran crisis del 2008 y los partidos de izquierda no supieron afrontar adecuadamente la crisis. Por ello, cuando una fuerza política deja un vacío y un espacio, rápidamente viene otra a intentar ocupar ese lugar. Efectivamente, en primer lugar hubo una respuesta ciudadana a través del movimiento 15 M del 2011 que posteriormente se ha fraguado en un partido, Podemos. Este partido aún no sabemos si será una fuerza política determinante o si será un movimiento populista de izquierdas, pues no olvidemos que sus líderes se formaron en la arena política en la Venezuela de Chávez, Bolivia de Morales y Ecuador de Correa.
En España, vistos los réditos electorales de los podemitas, algunas izquierdas han querido imitarlos aunque sea para captar votos de forma oportunista, ¡es curioso que no se les hubiera ocurrido antes!
En Cataluña, todo ello se mezcla con el tema del procés independentista y por tanto aún se complica más. En las primarias del PSC de finales de 2016, hay que decir en primer lugar que fueron ejemplares, porque una vez celebradas, el partido y su líder Miquel Iceta, salieron reforzados y cohesionaron la organización. Aunque la candidata Nuria Parlón tuvo una conducta ejemplar, pues aceptó la derrota y se incorporó al proyecto resultante, hay que recordar que esgrimió en su campaña de primarias algunos mensajes más cercanos a los podemitas, entre ellos el derecho a decidir. Pero el PSC tiene una posición consensuada con el PSOE en este ámbito, no apoya el derecho a decidir para trocear la soberanía que reside en todo el pueblo español y postula el “diálogo, la negociación y el pacto”. En todo caso, después de un pacto ya puede llegar la forma de refrendarlo en toda España primero, si es una reforma constitucional y también refrendar en Cataluña una reforma estatutaria pactada. El PSOE y PSC tienen su proyecto federal en la Declaración de Granada consensuada en 2013.
Podemos, este partido aún no sabemos si será una fuerza política determinante o si será un movimiento populista de izquierdas, pues no olvidemos que sus líderes se formaron en la arena política en la Venezuela de Chávez, Bolivia de Morales y Ecuador de Correa
Ahora también nos encontramos ante las próximas primarias del PSOE, ante las cuales se nos plantea siempre una sensación ambigua. Por un lado es una expresión cívica saludable y muy bienvenida que la democracia representativa de los mejores sea fruto de la deliberación y participación de sus bases. Por otro lado, hay que mojarse por una de las opciones. Y evitar los riesgos de confrontación entre los contendientes y sus seguidores, esto último no porque tenga que ocurrir necesariamente, sino porque el PSOE acaba de pasar uno de los momentos más críticos de su reciente historia y hay visceralidad palpable y explícita.
No sería bueno que se plantee unas primarias basadas exclusivamente en apasionamiento visceral con culto a la personalidad. Pasión saludable sí, pero no confrontación cainita, pues el resultado en forma de cohesión y mayor fortaleza lo necesitan no solo los responsables, ni tan solo los militantes. La resultante positiva de unas primarias son una necesidad de los votantes socialistas de toda España, que son los depositarios finales de la tarea del PSOE. Además el país entero necesita un partido fuerte y cohesionado que sea contrapoder de los conservadores, que tras 140 años siga dando frutos, como esos olivos centenarios típicos de toda la península y especialmente del sur.
Ya que se plantean unas primarias, toca inclinarse y sinceramente es complicado pues al escoger siempre pierdes mucho de lo bueno que tienen los otros candidatos. De entrada diré que toca felicitar a los tres contendientes. Sobre el primero en presentarse, Patxi López, solo tengo que simpatía a su persona y su obra política, sobre todo como Lehendakari del Gobierno Vasco, pero también por la buena praxis política desplegada. Creo que su aportación sinérgica puede ser muy importante en el futuro próximo.
Respecto al segundo, Pedro Sánchez, a quien voté en las primarias de 2014, también manifiesto mi simpatía personal y toca felicitarlo por su dedicación e intento de llevar al partido a ganar las últimas elecciones en un momento muy difícil. No obstante, una vez dimitido como Secretario General después de una crisis muy profunda, sorprendió a muchos el cambio repentino en planteamientos políticos trascendentales. Hablar de repente de España como nación de naciones cuando en su campaña previa exhibió una gran bandera constitucional, descoloca y resta credibilidad al mensaje, pues no sabemos cuál de los dos sostiene. Desde Podemos y parece también algunos líderes de izquierda, se ha comprado el relato independentista de pensar que un referéndum de autodeterminación solucionaría el procés . Sin darse cuenta que de una España quasifederal, pluricultural y plurilinguística, es decir como Estado nación cívico (¡que requiere mejoras claro!), en Cataluña pasaríamos a un hipotético miniestado monocultural y monolínguie, basado en los históricamente denostados nacionalismos étnicos.
Un líder, a pesar de la situación tan compleja heredada por Pedro Sánchez y la coyuntura tanto fuera como dentro de su partido, no puede llevar al partido a una situación límite como lo ocurrido el 30 de octubre. El liderazgo hay que ejercerlo para solucionar problemas y si no es posible, en todo caso para evitarlos. No obstante, también creo que Pedro tiene un gran futuro en política.
El PSOE debe ponerse al día claro, pero no tiene que dejar de ser lo que es, una organización de izquierdas y centro izquierda de clases medias y populares, atrayendo activos e ideas de otros (como los errejonistas) pero no transformándose en un Podemos
Tampoco creo adecuado echar las culpas de los resultados electorales a medios como El País o el grupo Prisa. Creo que si hubiéramos ido a unas exhaustas terceras elecciones en diciembre de 2016, el PSOE podría haber cosechado la tercera derrota consecutiva, quizás la más contundente y además Podemos podría haber hecho el sorpasso. La ideología o más bien eslogan del “ NO ES NO” no creo sea suficiente, ni tampoco el nuevo lema “ SÍ ES SÍ”, por contradictorio.
Por lo expuesto, ante la disyuntiva de las primarias del PSOE, en mi humilde opinión considero que ha llegado la hora de Susana Díaz, una vez ha manifestado su disposición. Tiene ganas, ilusión, apoyos y experiencia política de gobierno en la mayor Comunidad Autónoma española. Por supuesto, si se me permite, creo que nadie es perfecto ¡somos personas y los políticos también! Pero de los tres, en estos momentos considero que Susana Díaz es la mejor candidata y se merece su oportunidad. Además también creo que estaría bien contar por primera vez con una mujer como líder del primer partido de la izquierda y sería un gran activo y una novedad disruptiva ante unas hipotéticas elecciones con el PP y Rajoy como candidato. El PSOE debe ponerse al día claro, pero no tiene que dejar de ser lo que es, una organización de izquierdas y centro izquierda de clases medias y populares, atrayendo activos e ideas de otros (como los errejonistas) pero no transformándose en un Podemos.
Susana debería incorporar los activos de otras Comunidades Autónomas que son distintos a su conocida Andalucía. Además sería deseable que tuviera la iniciativa de convocar a todos los candidatos, donde quedara claro que lo importante es el partido, o mejor dicho los millones de personas que lo votan. En esa reunión tendría que exponerse de forma franca y cooperadora lo que deseen y se comprometan altruistamente por el bien del país.
Después de las primarias, nadie debería perder y todos los votantes tendremos que acatar y asumir los resultados, y sobre todo remar en la misma dirección con la integración de todos los activos y hacer bueno de nuevo el ya clásico “la unión hace la fuerza”.